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Así fue la boda de Borja Prado, también en Medina Sidonia, en 1990

Evocación nupcial

La predilección del presidente de Mediaset España por la localidad gaditana donde tienen la finca El Toñanejo procede de su madre, Paloma Eulate Aznar

La boda que reúne en Medina Sidonia a la infanta Cristina, a Aznar y a Sarkozy

El álbum de la boda de Javier Prado en Medina Sidonia

Borja Prado y Pilar Benitez en la boda celebrada en junio de 1990 / Tere Mejías

Javier Prado, el hijo mediano del presidente de Mediaset España y ex presidente de Endesa, Borja Prado, quería en este fin de semana revivir las sensaciones de sus padres cuando ellos se casaron en 1990 ante el alta de la Iglesia Mayor de Medina Sidonia. La localidad gaditana es una de las 'debilidades' de la familia por las vivencias en la finca El Toñanejo, donde se celebró la fiesta nupcial de este pasado sábado con 800 invitados que se debían proteger del fuerte levante. Ubicada a unos cuatro kilómetros del encaramado casco histórico, camino hacia Alcalá de los Gazules, la finca ganadera de las reses Torrealta está cerca de otro nombre bien conocido en el mundo taurino como Los Alburejos, que fuera de Álvaro Domecq y que fue vendida en 2020.

En la plaza de El Toñanejo se celebró el banquete de la boda de Borja Prado y Pilar Benítez el 30 de junio de 1990 y muchos de los ritos de aquella celebración se han repetido en el convite de este fin de semana. La madre del directivo y madrina de auqella boda, Paloma Eulate Aznar, ganadera, ha sido quien más cariño ha tenido por la propiedad asidonense y quien durante años ha acudido a las celebraciones dominicales en la Iglesia Mayor Santa María la Coronada. El matrimonio de Paloma Eulate y Manuel Prado y Colón de Carvajal se rompió y la actividad agropecuaria en la finca de Medina fue el refugio de la madre, abuela del contrayente de este fin de semana.

El novio Javier Prado acompañado por su madre y madrina, Pilar Benítez, a la llegada al templo asidonense / Fotos: Toté

En la boda de 1990 incluso hubo mayor expectación en las calles asidonenses en aquel bien caluroso verano. Fue sobre todo por la presencia de un nombre, tal como recuerda Antonio José Candón, el entonces corresponsal de Diario de Cádiz en Medina Sidonia: Ana Obregón. La actriz, que todavía no había presentado sus primeros programas en televisión, era quien copaba entonces todas las portadas con permiso de Isabel Preysler y era conocida como "la más deseada por los españoles". Por entonces había regresado de su periplo estadounidenses y era el mayor sex symbol de un país donde en su mayor parte aún sólo se sintonizaban dos cadenas de televisión.

Ana Obregón, la invitada más esperada en la boda de Borja Prado en 1990

Los ojos de los asistentes a la boda de Borja Prado estaban centrados en Ana Obregón. La actriz se sentía desbordada por tantas muestras de cariño y saludos. No se pedían selfies entonces pero sí autógrafos. La fotógrafa enviada por el periódico, Tere Mejías, se tuvo que fajar entre las libretas. Obregón estuvo a punto de sufrir una sonada caída en una cuesta junto a la iglesia entre el bullicio de los curiosos. Fue recogida en el aire, recuerda Candón.

La infanta Elena fue la que acudió en nombre de don Juan Carlos a esta celebración nupcial. El rey emérito tenia en Manuel Prado su mayor amigo y administrador. 33 años después ha sido la infanta Cristina la que estuvo en Medina Sidonia mientras que doña Elena acompañaba a su padre en Sanxenxo, en una situación política inimaginable en 1990.

Javier Prado tenía ilusión por casarse con Catalina Vereterra ante el mismo altar que sus padres. Santa María la Coronada es uno de los grandes exponentes del Renacimiento en Andalucía y la familia ha efectuado distintas donaciones importantes para su conservación.

Borja Prado, entonces presidente de Endesa, el obispo de Cádiz y otras autoridades en la inauguración de la iluminiación de la Iglesia Mayor de Medina

En 2014 Borja Prado asistía al acto por el que Endesa reforzaba toda la iluminación del valioso templo en el que coincidían este pasado fin de semana Nicolas Sarkozy, Carla Bruni, José María Aznar o Carlos Sainz, entre el público anónimo, sin filtros, tal como sucedió 1990, cuando rodeaban con más vehemencia a Ana Obregón.

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