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El nombre de José Antonio Avilés, colaborador de televisión y concursante de Supervivientes, ha saltado a la opinión pública los últimos días. Se han escuchado grabaciones y testimonios de varias personas que supuestamente han sido estafadas por él, con historias de lo más variopintas y fabulaciones de lo más esperpénticas. Desde supuestas falsificaciones de transferencias bancarias o títulos de universidad, a implicar a productoras o personajes, que aseguran no haberle visto en su vida, en tramas para conseguir ropa, objetos o beneficio económico por exclusivas inexistentes o falsas.
Hasta tal punto ha llegado la situación que varios colaboradores de Telecinco se han planteado que la situación vaya más allá de la picaresca y roce lo enfermizo. No les falta razón. La personalidad antisocial mitómana, cuyos pacientes son llamados 'mentirosos patológicos', es bien conocida dentro de los trastornos mentales y está incluida dentro de la clasificación de éstas. Avilés podría ser un caso.
Es característico de esta patología el inventar rocambolescas historias en las que el protagonista asegura haber estado en lugares, eventos relevantes o profesiones especiales. En general, todas estas historias inventadas están relacionadas con personajes famosos como políticos o actores y sitúan al protagonista en una situación de poder o riqueza inexistente. En general, esta personalidad es consecuencia de un complejo de inferioridad o algún trauma en la infancia que trata de compensarse con fabulaciones de poder o fama y busca ganar la aceptación de los demás. Las personas con este trastorno son adictos a mentir y lo pueden hacer muy bien, pudiendo hacerlo sobre cualquier nimiedad de manera muy creíble.
En los medios han aparecido casos similares a los de Avilés, como el del 'pequeño Nicolás'.
Francisco Nicolás Gómez Iglesias saltó a la fama en 2014. En 2017y 2019 fue procesado por los delitos de falsedad, estafa y usurpación de identidad pero en su carrera por adquirir notoriedad embaucó incluso a José María Aznar. Luego se dedicó a hacer un penoso periplo por programas rosa hasta que despareció el interés mediático.
También está Anna Allen, la actriz que se inventó una carrera en Hollywood. Hace cinco años esta actriz, que estaba trabajando aunque no en la meca del cine, desapareció tras falsear una trayectoria cinematográfica en Hollywood. En 2019 reapareció en el último capítulo de la tercera temporada de Paquita SalasPaquita Salas de la mano de un divertido y sarcástico monólogo en el que se refiere a su experiencia 'trolera'.
Pero también ha habido otros muy llamativos fuera de nuestras fronteras. El de Alicia Esteve, que dijo haber estado en los atentados de las Torres Gemelas y llegó a ser la representante de una asociación de víctimas del 11-S. Decía llamarse Tania Head y se la logró desenmascarar seis años después gracias al trabajo conjunto de la prensa estadounidense y española.
El caso de Jean-Claude Romand sí que resultó dramático. Este hombre se hizo pasar por médico e investigador de la OMS y terminó asesinando a sus hijos, mujer y a sus padres cuando estaba a punto de descubrirse la trama.
De ahí que la gracia de este Avilés sea más seria de lo que parece.
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