Ashley Biden, la antítesis de Ivanka Trump
La única hija del nuevo presidente de EE UU es trabajadora social, tiene una firma de moda sostenible y es defensora del medio ambiente
John John Kennedy, Chelsea Clinton, Jenna y Bárbara Bush, Malia y Sasha Obama o Barron Trump pertenecen al exclusivo grupo de hijos de presidentes de Estados Unidos, un club al que el próximo 20 de enero llegará Ashley Biden, empresaria de moda sostenible de 39 años, trabajadora social y una mujer comprometida con el medio ambiente. El relevo de Ivanka Trump en la Casa Blanca no tiene, desde luego, nada que ver con su antecesora.
Nacida el 8 de junio de 1981, Ashley es la única hija de Joe y Jill. Tiene dos medios hermanos mayores, Beau, que falleció de un tumor cerebral en 2015, y Hunter, los hijos de Joe con su primera esposa, Nealia. Y es que la tragedia marcó la vida de Biden hace años: su primera esposa también falleció muy joven, junto con la hija de la pareja, Naomi, en un accidente de coche. Años más tarde se casó con su actual mujer, Jill Biden.
Cuando todavía estaba en la escuela primaria, la joven Ashley descubrió que la marca de belleza Bonne Bell probaba sus productos de belleza en animales. Consternada, les escribió una carta pidiéndoles que cambiaran su política. Su pasión también inspiró a su padre. Cuando ella se interesó en la conservación de los delfines, él comenzó a trabajar en el proyecto de ley de la Ley del Consumidor para la Protección de los Delfines.
No sorprende dados los intereses que ha tenido desde joven. Ashley se convirtió en trabajadora social y cursó un máster en el tema en 2010 en la Escuela de Política y Práctica Social de la Universidad de Pensilvania. Trabajó en el departamento de servicios para niños, jóvenes y sus familias de Delaware durante 15 años, e incluso fue nombrada una de "las 40 personas a tener en cuenta" de Delaware Today. Algunos de los proyectos en los que se ha involucrado incluyen aquellos que ayudan a rehabilitar a los internos de prisiones (está abiertamente en contra de la pena de muerte), educar a los jóvenes contra la violencia de las pandillas, y permitir que los niños en los centros de detención creen arte, recaudando fondos tanto para ellos como para su comunidad.
Como Ivanka, Ashley tiene su propia línea de moda. La diferencia es que la suya tiene fines benéficos. En 2017, fundó y lanzó Livelihood Collection en la Semana de la Moda de Nueva York, una marca de ropa ética que recaudó 30.000 dólares para la Delaware Community Foundation. El logotipo, una flecha que atraviesa las letras 'LH', es un tributo a su fallecido hermano Beau: "Fue mi arco. Su cáncer me destrozó. No tuve más remedio que disparar hacia adelante, seguir adelante, seguir apuntando a mis propios sueños".
Otro aspecto en común con Ivanka es que está casada con un judío. En 2012 contrajo matrimonio con Howard Kerin, cirujano plástico y otorrino, en una boda interreligiosa judío-católica después de que su hermano Beau los presentara. A diferencia de la hija de Donald Trump, ella no se ha convertido al judaísmo y sigue siendo católica practicante. Kerin tiene un papel no oficial en el equipo de respuesta a la pandemia de covid-19, debido a sus antecedentes médicos.
Si bien su madre hará historia como la primera primera dama que trabaje fuera de la Casa Blanca, Ashley bien puede prestar algo de su experiencia en trabajo social a los problemas a los que se enfrenta Estados Unidos, con las inquietudes de las mujeres como punto de mira. Como parte de la campaña presidencial de su padre, organizó un evento para las Mujeres de Wisconsin por Biden, lo que hace presagiar su futuro papel en el mandato de Joe Biden como presidente.
También te puede interesar