Todos los aperitivos que Ángel León preparó para el Rey

El Rey tenía esta semana la agenda bien apretada con la cumbre de la OTAN pero el lunes por la tarde pudo estar en El Puerto de Santa María para rendir reconocimiento a la firma Bodegas Osborne por su 250 aniversario. Una cita que la compañía celebró por todo lo alto, con la voz de Estrella Morente, premios gastronómicos y una noche de verano entre la exhibición de sus productos y platos de sus embajadores.

El cuatro estrellas Michelin andaluz, tres por su local en El Puerto, Aponiente, es embajador de Osborne y participó en esta recepción a Felipe VI (que no pudo quedarse a la cena) con una selección de sus aperitivos. Entre las innovaciones, el jamón del mar, atún madurado como los jamones de Cinco Jotas, que rivalizaban en los platos.

Los asistentes, incluido el monarca, pudieron degustar en estos aperitivos paté de caballa, mortadela de lubina de estero, butifarra de corvina, bacon de lubina con dátil y regañá o volovanes de crema de morcilla de choco. Los comensales también pudieron tener su ‘bautizo’ de plancton en gelatina de lima que podía congeniar con el caviar ecológico de Riofrío, la última incorporación a los productos de Osborne.

Angel León, presente en la elaboración de los platos en la apacible tarde de El Puerto, preparó también un cóctel de especialidades con el matrimonio de anchoa y boquerón, de inspiración levantina; la tosta de sardina y berenjena, canelle de arenque ahumado, zanahoria escabechada con navajas y tartar de pepino con almeja y emulsión de jalapeño. Un descubrimiento de la labor de Aponiente.

Con vinos portuenses de Osborne, riojas Montecillo (Viña Monty) y champán Piper-Heidsieck, más cócteles con espirituosos de la compañía (brandies y ginebras), el catering fue servido por la empresa jerezana Canela & Clavo y en la cena se sirvió un trío de carnes de Sánchez Romero Caravajal, con solomillo, carrilada y lagarto (con salsa menuiere al Jerez).

De postre, como corresponde a la fiesta de una bodega de El Puerto, tocino de cielo con bizcocho maridado con brandy 1886. Una fiesta y un menú acorde con 250 años de excelencia gastronómica.