Gonzalo de Borbón, el malogrado antepasado del Rey con una brillante trayectoria en la universidad
Historia
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"Bueno, chico, no te apures. Ha sido un porrazo y nada más", intentaba tranquilizar don Juan de Borbón a su hermano Gonzalo, que se retorcía de dolor en el abdomen tras un accidente de tráfico en el entorno de la población austríaca donde veraneaba la familia de Alfonso XIII, Pörtschach am Wörthersee, del distrito Klagenfurt. El rey en el exilio ya llevaba separado de la reina Victoria Eugenia desde hacía tres años antes, con la marcha de España tras la proclamación de la república. El monarca y sus hijos estaban alojados en una villa de la familia De Hoyos, españoles instalados en Austria. El conde Alexander de Hoyos había sido la figura clave para las negociaciones de Austria-Hungría con Alemania que desencadenaron la Primera Guerra Mundial.
Gonzalo de Borbón tenía 19 años en agosto de 1934 cuando había dado un paseo con su hermana Beatriz al volante de un coche que al esquivar a un ciclista en la idílica Krumpendorf chocó contra un bolardo. El ciclista resultó ser un noble, el barón Richard von Neimans.
En condiciones normales hubiera sido una anécdota sin más. El ciclista y la conductora resultaron ilesos con lógicas magulladuras sin embargo al joven infante le supuso la muerte. Aquel accidente fue mortal para Gonzalo de Borbón y Battenberg. Era hemofílico (enfermedad transmitida por su madre, nieta de la británica reina Victoria) y la hemorragia interna, sin poder ser tratada, le desencadenó la muerte. Su hermano Juan, que era con quien estaba más unido, le intentaba tranquilizar en sus últimas horas.
La tragedia del hijo pequeño de la familia del Rey en el exilio, el 12 de agosto de 1934, vino a añadir más dolor a un prole instalada en el naufragio. El hijo mayor, Alfonso, que había renunciado a sus derechos por casarse con una plebeya, no estuvo presente en las exequias del hermano. Desde la capital republicana se criticaron los honores que recibió el infante en su funeral austríaco. Aquellas honras eran por la distinción de Alfonso XIII como Archiduque de Austria. De hecho Felipe VI ostenta ese título, el Rey de España es también duque de Milán, rey de Jerusalén o señor de Trípoli (una ciudad griega, no la capital de Libia).
Con la malograda pérdida de Gonzalo de Borbón se decía también adiós al miembro de la Familia Real España con el mejor expediente estudiantil que ha habido en toda la historia. Las notas de Bachillerato de la Princesa de Asturias y las que consiga la infanta Sofía tendrán la comparativa brillante de este antepasado que fue el primer universitario de los Borbón, estudios superiores que culminaron las infantas Elena y Cristina y el propio Rey.
Aquel verano del 34 el enfermizo infante lo podía disfrutar a lo grande porque había concluido el segundo curso de Ingeniería en la Universidad de Lovaina, en Bélgica, con 16 sobresalientes. De hecho era el currículum más brillantes de entre todas las familias reales europeas, tal como incluso citan las crónicas de aquellos años a raíz de su fallecimiento. Era un estudiante destacado, tal como sería décadas después la actual reina danesa, Margarita.
Gonzalo de Borbón estaba llamado a estudiar en la Complutense y el exilio obligó a cambiar los planes para el más estudioso de los miembros de la familia. El hijo menor de los reyes era un tanto apocado, protegido de actividades de riesgo y resignado a ser un tristón gafe.
El infante era muy querido por su hermano Juan y por sus hermanas y con una de ellas sufrió ese negro destino que vino a añadir mayor dolor al exilio. Alfonso XIII falleció seis años después en Roma recibiendo la sucesión don Juan de Borbón en lugar de su hermano Jaime, sordomudo, y por ello con las concepciones de entonces, apartado de los derechos.
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