Las musas de Andrés Sardá, juntas en su recuerdo

"Me ha costado mucho emocionalmente, ha costado condensar toda nuestra historia y que quede algo interesante y que se vean bien todas las prendas", afirma Nuria Sardá, directora creativa e hija del mítico diseñador Andrés Sardá, quien falleció en septiembre de 2019 pero, debido a su enfermedad, llevaba años retirado. Nuria Sardá ha sabido mantener viva su esencia en sus diseños, y también su recuerdo, especialmente ayer en la primera jornada oficial de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.

Sus musas también le han rendido homenaje; Judith Mascó, Verónica Blume, Vanessa Lorenzo y Martina Klein se subieron de nuevo a la pasarela en un emotivo desfile en el que la firma ha reconectado con sus orígenes, que fueron pioneros en unir "modelos, espectáculo y desfile" en un mismo show.

Lágrimas, reencuentros e historia de la moda en la presentación de la colección Tribute, un homenaje al creador de la firma que revolucionó la moda íntima dotándola de una sofisticación, elegancia y sensualidad nunca vistas que hasta entonces solo se mostraba en París.

Las cuatro supermodelos abrían el pase ataviadas con una mantilla negra y capitaneadas por Vanessa Lorenzo, que sonreía con complicidad a Judith Mascó al cruzarse con ella sobre la pasarela, mientras en el fondo se proyectaban fotos de las cuatro con conjuntos de Sardá en los 80. "Llevábamos sin desfilar juntas quince años, la edad que yo tenía la primera vez que trabajé con Andrés Sardá", contó emocionada Martina Klein, a lo que Blume añadió que "pertenecer a la historia de esta marca es todo un lujo".

El desfile se articuló en cuatro actos. El primero recuerda los inicios de la marca, con un extenso desarrollo de las prendas de encaje, hilo conductor de la colección. El segundo se detiene en los años 70, "hacemos un guiño a las fajas ortopédicas y damos una vuelta a las piezas de esos años", revela Nuria. La tercera parte se instala en los 80 y 90, "de esos años recuperamos piezas icónicas de nuestro archivo", continúa. Y la cuarta escena es una fotografía de lo que la empresa es ahora.

Las pantallas también repasaron una carrera impecable que comenzó en los 60 vendiendo mantillas. Suya era la que llevó Jackie Kennedy cuando fue al Vaticano. Desde entonces hizo de su profesión una pasión, revolucionando el sector, ampliando horizontes, enamorando temporada tras temporada. Y aún lo sigue haciendo su firma.