Amalia de Holanda, enamorada y criticada
Casa neerlandesa
Recién cumplidos los 18, la heredera del trono neerlandés estrena novio millonario y despierta polémica por su fiesta de cumpleaños sin cumplir las restricciones sanitarias.
Recién estrenada su mayoría de edad, parece que Amalia de Holanda ya ha encontrado el amor, tal y como informa la alemana Bunte, publicación que afirma que la joven llevaría unos seis meses manteniendo una relación en secreto con un heredero millonario alemán.
La primogénita de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima, que cada vez asume mayores responsabilidades, habría estado citándose con Isebrand K, un joven de 19 años que pertenece a una saga de empresarios de muy alto poder adquisitivo de la región de Westfalia (entre Renania del Norte y la Baja Sajonia).
Según cuenta la citada revista, Amalia de Holanda e Isebrand K fueron vistos recientemente por turistas neerlandeses manteniendo una distendida conversación, un paseo e intercambiando besos en el puente de Brooklyn, mientras disfrutaban de una fantástica vista de Manhattan. Ambos habrían viajado juntos el pasado 25 de noviembre a Nueva York para disfrutar de la festividad de Acción de Gracias buscando pasar desapercibidos. Durante su romántica jornada incluso se les vio besarse.
La pareja podría haber coincidido por primera vez en una fiesta celebrada en los Países Bajos, donde el joven se encuentra estudiando. Por su parte, la heredera al trono holandés, tras graduarse cum laude en el Christelijk Gymnasium Sorghvliet, colegio en el que estudió, ha preferido darse un año sabático para pensar, sin equivocarse, sobre su futuro. Ya se ha confirmado, eso sí, que es la heredera y futura reina de Holanda.
Con motivo de la mayoría de edad de la princesa, la escritora Claudia de Breij ha lanzado la primera biografía autorizada de la heredera, titulada con su nombre, Amalia. Según recoge el libro, la hija de los reyes holandeses nunca había hablado de su sexualidad ni tampoco había comentado intención alguna de casarse. La princesa explica que le gustan los chicos con buenos modales, y añade que si le hubiera gustado una mujer no hubiera sido un problema en su casa. “Mis padres tienen amigos muy diversos. He crecido con el tío y el tío, no solo con el tío y la tía, por ejemplo”, sostiene la joven en su libro.
El primer amor de la princesa Amalia coincide con un momento incómodo para la familia real neerlandesa de cara a la opinión pública precisamente debido al 18 cumpleaños de Amalia. La heredera al trono de Países Bajos celebró su mayoría de edad con una fiesta al aire libre a la que asistieron al menos 21 personas, a pesar de que las restricciones dictadas por el gobierno neerlandés limitan en la actualidad a un máximo de cuatro los invitados a una casa por día debido a las altas cifras de contagios.
En una carta el jueves al parlamento, el primer ministro, Mark Rutte, admitió que Amalia invitó a 21 personas a su fiesta de aniversario, pero aseguró que todos estaban vacunados y “mantuvieron una distancia adecuada”, pero el diario De Telegraaf, que fue quién sacó a la luz la información, asegura que la fiesta contó con alrededor de un centenar de invitados.
La joven princesa, que cumplió la mayoría de edad el pasado 7 de diciembre, celebró su fiesta en el jardín del palacio Huis ten Bosch en La Haya, donde reside con sus padres y su hermana pequeña Ariadna (la mediana, Alexia, está estudiando en el extranjero).
“Amalia cumplió 18 años la semana pasada, un momento importante en su vida (…). El sábado, se organizó una fiesta de última hora en los terrenos detrás del palacio”, subrayó el jefe del gobierno, quien informó de que había varias fiestas organizadas para celebrar el cumpleaños en el palacio, pero se cancelaron por las elevadas cifras de contagios en Países Bajos. Rutte aseguró que se les pidió a todos los asistentes que se hicieran una prueba de coronavirus antes de acudir a la fiesta, por lo que la familia real “estaba convencida de que, al celebrar la fiesta al aire libre con todas las precauciones tomadas, se había organizado de manera responsable”.
No es la primera vez en la pandemia que la familia real de Países Bajos se ve envuelta en una polémica por infringir las restricciones aplicadas para frenar los contagios con coronavirus. El año pasado, los reyes Guillermo Alejandro y Máxima tuvieron que disculparse dos veces: la primera en agosto, por fotografiarse con el propietario de un restaurante en Grecia sin mantener la distancia social; y la segunda en octubre, cuando toda la familia viajó a su casa de vacaciones en Grecia en plenas restricciones a los viajes no esenciales en Países Bajos. Los reyes tuvieron que regresar a su país unas horas después de aterrizar en Grecia en plena oleada de críticas de holandeses y el resto de europeos.
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