Alejandro Sanz y Raquel Perera firman la paz
El cantante y su ex han llegado a un acuerdo de divorcio "beneficioso" para ambos evitando llegar a juicio.
Ella se mudará a Madrid con sus hijos para que estén más cerca de su padre.
Un año después de anunciar su separación, Alejandro Sanz y Raquel Perera han llegado a un acuerdo de divorcio beneficioso para ambas partes. El cantante ha evitado así llegar a juicio con su ex, que fue en el pasado su asistente personal, tras doce años de matrimonio y dos hijos en común.
Fue en julio del pasado año, en 2019, cuando la pareja envió un comunicado para confirmar su ruptura tras los rumores que cada vez sonaban con más fuerza. Poco después, saltó a los medios la nueva relación de Sanz con una escultora cubana, Rachel Valdés. Todo apuntaba a que sería un tormentoso proceso de divorcio, tras congelarle ella las cuentas aludiendo a que sospechaba que el artista podía dilapidar su patrimonio. Ella presentó la demanda de divorcio en Miami, donde residía con sus hijos, mientras él hizo lo propio en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.
Raquel pedía 40.000 euros al mes para la manutención de sus hijos, así como el reparto equitativo de los bienes que adquirieron durante su relación. Finalmente este martes los abogados de ambos anunciaron que se ha firmado "un acuerdo de divorcio totalmente satisfactorio" para ambos. Algunos medios señalan que el cantante va a comprarle una casa a su ex para que viva en ella con sus niños, y así poderles tener más cerca.
Sanz y Perera comenzaron su romance en 2007 y mantuvieron una relación de doce años. Se casaron en 2012 en la finca de Alejandro en Jarandilla de la Vera (Cáceres) y cuando ya había nacido su hijo Dylan (2011). En 2014 nació su segunda hija, Alma, la cuarta para Sanz, que ya tenía a Manuela, nacida en 2001 de su primer matrimonio con la modelo mexicana Jaydy Michel, y Alexander (2003), de su romance con la diseñadora puertorriqueña Valeria Rivera.
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