Alberto y Charlene afrontan del brazo la crisis sanitaria
Un nutrido grupo de la familia real monegasca reapareció este martes en la inauguración de un nuevo casino tras semanas de confinamiento.
Alberto y Charlene de Mónaco han demostrado estar más unidos que nunca en su reaparición pública. Ataviados con las correspondientes mascarillas (con mucho glamour, eso sí, como la de Tatiana Santo Domingo, con flores, fiel a su estilo boho chic), el soberano monegasco y su mujer no se han separado ni un momento durante la inauguración del nuevo casino de Montecarlo. De hecho, la princesa se ha sujetado varias veces del brazo de su marido, en un gesto amoroso inédito que parece revelar que la enfermedad del príncipe –que contrajo el coronavirus– les ha acercado mucho. La última vez que se dejaron ver en público fue en plena crisis del covid-19, a mediados del mes de abril, cuando mostraron cómo estaban pasando el confinamiento en sus redes sociales.
El matrimonio, junto a sus dos hijos, los gemelos Jacques y Gabriella, han permanecido estos días en su palacio de verano, Roc Agel, para pasar de la mejor manera posible el aislamiento social. Este lugar, construido por Raniero el año 1957, cuenta con un espectacular entorno, perfecto para pasar estos días. Granja con vacas, gallinas y un huerto son algunas cosas que hacen de este lugar un lugar ideal para estar en familia.
Sin embargo, este martes tocaba reaparecer para cumplir con una cita, la primera después de varias semanas desaparecidos. Además de Charlene, con un look discreto compuesto de chaqueta blanca y vestido blanco y negro, y Alberto, tampoco se han perdido esta vuelta a la vida pública Andrea Casiraghi, que combinó su traje azul con mascarillas de camuflaje, y su esposa Tatiana, con un vestido largo estampado de flores que es un must de esta primavera. No han estado acompañados de sus hijos, Sacha, India, ni Maximilian. Aunque viven normalmente en Londres, la familia tomó la decisión de pasar el confinamiento en Mónaco, más cerca de su familia.
Pierre Casiraghi, por su parte, acudió solo; no ha estado acompañado de su mujer, Beatrice Borromeo, ni tampoco de sus hijos. Hay que recordar que el matrimonio reapareció a finales de marzo, convirtiéndose en los primeros miembros de la familia real monegasca en reaparecer públicamente. Lo hicieron junto al príncipe Alberto en una exhibición de Ferrari por las calles del Principado, coincidiendo con la fecha en la que debería haberse celebrado el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco.
También se dejaron ver en la Plaza del Casino Estefanía de Mónaco, que apostó por un look navy en azul marino y blanco, y sus tres hijos: Camille Gottlieb, con pantalón de estampado floral y amplio blusón; Paulina, con vestido camisero color crema, y Luis Ducruet con esposa, Marie Chevallier.
Hubo ausencias sonadas, eso sí, como la de la de la princesa Carolina y sus hijas: Carlota Casiraghi, que no se deja ver desde diciembre del pasado año, y Alexandra de Hannover.
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