Alberto de Bélgica es obligado a hacerse el test de paternidad
Supuesta hija ilegítima de Alberto II
El rey emérito belga tendrá que pagar 5.000 euros al día si no se realiza la prueba de ADN exigida por Delphine Boël.
El rey emérito de los belgas, Alberto II, deberá pagar una multa de 5.000 euros al día si no accede a realizarse una prueba de ADN como solicita su supuesta hija, Delphine Boël, para demostrar o refutar su paternidad. Es lo que decidió el jueves la Corte de Apelación de Bruselas. Según indica la defensa de Alberto II, de 84 años de edad, la medida no puede ejecutarse mientras haya un recurso pendiente, medida que han solicitado ante la justicia belga.
Fue el pasado 25 de octubre cuando la Corte de Apelación de la capital sentenció que el hasta entonces considerado padre biológico de Böel, no lo era. El tribunal también encargó a un hospital de Bruselas proceder en tres meses a realizar una evaluación genética que permitiese establecer o no un vínculo de paternidad entre Böel y Alberto II, quien abdicó en su hijo Felipe en 2013. Boël presentó su primera demanda de paternidad contra Alberto II percisamente el año que éste abdicó, en 2013. Su existencia había salido a la luz muchos años antes, en 1999, como consecuencia de la publicación de una biografía no autorizada de la reina Paola, esposa de Alberto II.
Cuando la baronesa de Selys Longchamps, supuesta amante del rey emérito de los belgas y madre de Delphine Boël, rompió el silencio, detalló la relación que mantuvo durante años con el rey, y aseguró que Alberto II y la reina Paola estuvieron en dos ocasiones al borde del divorcio, en los años 1969 y 1976, además de difundir fotografías de una joven Delphine junto al entonces monarca.
Alberto II reconoció en una entrevista concedida a la cadena de televisión RTL, en junio de 2014, apenas unos meses después de que estallara el caso, que su matrimonio con Paola pasó por momentos difíciles, pero nunca ha reconocido la paternidad de Delphine Boël.
Este varapalo judicial que le afecta de manera personal se suma a su delicado estado de salud. Hace justo un año el monarca ya retirado de la vida pública y de su cargo tuvo que ser hospitalizado y sometido a una intervención quirúrgica tras realizarse unos exámenes médicos sobre sus problemas cardiovasculares y así fijar un tratamiento adecuado.
El soberano belga padece estenosis de la válvula aórtica por lo que necesita "una preparación para una terapia adaptada a su caso". La válvula aórtica es una de las más importantes del corazón, situada entre ese órgano y la arteria aorta, la principal del cuerpo humano. En consecuencia, puede dar lugar a signos de fatiga cardíaca.
60 años de infidelidades mutuas
Alberto II de Bélgica contrajo matrimonio con la princesa italiana Paola Ruffo di Calabria el 2 de julio de 1959, en Bruselas. La pareja se había conocido en Roma en 1958, durante la entronización del papa Juan XXIII, y tuvo tres hijos: Felipe, Astrid y Laurent. A pesar de que este año es su 60 aniversario de bodas, el matrimonio siempre se ha caracterizado por las infidelidades mutuas. Él, no sólo con la referida baronesa de Selys Longchamps, también con la modelo Memphies, la actriz Elizabeth Dolac y un sinfín de coristas. Ella, con el conde Albert Adrient de Munt.
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