Un cambio radical
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Historia singular de amor
Desde hace una década el nombre de Alaska va irremediablemente unido al de Mario Vaquerizo, su marido, su representante y su compañero de vida desde hace 22 años. Una extravagante pareja que, pese a sus excentricidades, han dado esperanza a muchos que se plantean si el amor puede durar para siempre. En su caso, siguen besándose –según reconoció la propia Alaska en su última visita a El Hormiguero–, han superado numerosos obstáculos –el último, la artritis crónica de él– y celebran todos los aniversarios posibles: el de su primera boda en Las Vegas, en 1999; el de su primer beso, el pasado día 10; el de su boda civil en Madrid hace diez años...
Su historia de amor comenzó en 1999, cuando un joven Mario comenzó a trabajar en la discográfica Subterfuge, donde se encargaría de promocionar bandas como Fangoria, el dúo formado por Alaska y Nacho Canut. Fue mientras trabajaba junto a 'Olvi', como a él le gusta llamarla, cuando se dio cuenta de que estaba enamorándose de ella. "Convives mucho, te vas a hacer las giras de promoción, a las firmas de discos, luego te vas al hotel a cenar… y te vas dando cuenta de que hay una persona que es tu jefa que te gusta", confesó el también periodista y cantante a Toñi Moreno en su programa de Canal Sur.
Tras un concierto en la Sala Bikini de Barcelona, el vocalista de Las Nancys Rubias decidió no reprimir más sus sentimientos y, sin hablar previamente con ella sobre lo que sentía, se lanzó a besarla sin pensárselo dos veces. "Es una suerte porque podría haber sido que no. Yo me decía al día siguiente, bueno si ella no me ha dado un bofetón es porque yo también le gusto, así que, ¡ya no me echan del trabajo!", contó una vez con su peculiar sentido del humor. Olvido, por su parte, recordó en una entrevista que se quedó "impactada" en ese momento: "Me lo esperaba y no me lo esperaba. Claro que me gustó, pero tampoco sabía cómo resolver la ecuación".
Ambos tuvieron tan claro desde el principio que estaban hechos el uno para el otro que, tan solo seis meses después de este beso, en un after tras una larga noche de fiesta, Mario pidió a Olvido que se casara con él. La boda se celebró en Las Vegas, por lo que tenía validez en España. Él iba vestido de Elvis Presley y ella, de Dolly Parton. "No se lo dijimos a nadie, no se lo dijimos ni a mis padres ni a su madre… Nos fuimos solitos y es lo mejor que he hecho en mi vida", rememoró él en el programa de Bertín Osborne.
A lo largo de estos 22 años, no son pocos los que han cuestionado la veracidad de esta historia de amor. Ellos no sólo han hecho oídos sordos ante tales comentarios sino que, además, decidieron explotar su relación en un reality show para MTV. La pareja reconoce que tienen sus altos y sus bajos, pero nunca se han separado ni han tenido una crisis.
Hace diez años, coincidiendo con el momento de mayor éxito de su reality, decidieron dar validez a su unión, esta vez en Madrid y por lo civil. "Mi matrimonio es un matrimonio muy estándar y muy convencional, con respeto. Yo vengo de una familia muy tradicional y me han inculcado esos valores, yo no soy Madonna", ha confesado Alaska.
La pareja no ha tenido hijos por decisión de Alaska, quien decidió renunciar a esta experiencia: "Con 31 años me pregunto si quiero ser madre, tuve un cuestionamiento profundo y decidí definitivamente que no. Hasta ahora la pregunta siempre era '¿no vas a tener niños?' Como si fuera una obligación. No quiero tener hijos y punto". Mario, con el que hizo una lista de razones por las que no debían tener descendencia, aceptó que esto era "cosa de dos", aunque siempre ha reconocido que le hubiese encantado ver a una pequeña 'Olvi' correteando por casa. "Sí siento que sería un buen padre y si tuviera un hijo sería con ella, con nadie más".
La vis cómica y las ocurrencias de él, unidas al talento y la cultura de ella, hacen de ellos una de las parejas más carismáticas del panorama nacional.
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