La alargada sombra de Sarkozy sobre Carla Bruni

Carla, con su marido, en una recepción oficial reciente.

La primera dama francesa, Carla Bruni, ha cambiado mucho en su forma de pensar por la influencia de su marido, Nicolas Sarkozy. Hasta el punto de hacerse más de derechas, como lo atestigüa uno de los autores de una biografía no autorizada de la ex modelo y cantante, Michaël Darmon, que acaba de ver la luz.

Para el autor del libro Carla et les ambitieux, la primera dama es una artista "de sensibilidad de izquierdas", pese a que proviene de una familia industrial italiana rica, y esto fue lo que se "vendió" desde el Elíseo para beneficiar al gobierno. "En realidad es Sarkozy quien le ha dado una conciencia de derechas a Carla Bruni. Sarkozy no se ha abierto a la izquierda".

El autor explicó en la presentación a la prensa extranjera del libro que Bruni "no ha cambiado la política presidencial, sino a la figura del presidente", y aseguró que en las próximas elecciones presidenciales se verá una campaña en pareja, algo que no había ocurrido hasta entonces en la política francesa. "La fusión de lo público y lo privado", aseguró el escritor, quien dijo que la primera "puesta en escena" de esta campaña bipolar se vio el pasado 14 de julio, durante la fiesta nacional francesa, cuando ambos protagonizaron juntos varios actos.

Sobre el futuro de la pareja -a la que ve con un "amor sincero"- el autor no quiso posicionarse y tan sólo contó una curiosa anécdota que Bruni protagonizó al convertirse en la primera dama francesa. Mientras ocupaba todas las portadas de las revistas por su enlace con Sarkozy, en la contraportada de esas mismas publicaciones se la veía como modelo en un anunció de un coche en el que se destacaba que el producto tenía "cinco años de garantía", justo lo que dura un mandato presidencial en Francia.

Otro tema polémico es la buena relación entre Michelle Obama y Carla, mientras entre sus maridos existen "incontestables dificultades de afinidad". La biografía también relata los intentos de Bruni, "a quien no le gusta la política", de reducir o modificar la apretada agenda de su marido. "Me he casado con Nicolas Sarkozy, no con Francia", ha llegado a manifestar en un ataque de ira.