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'Bennifer'

'In the Air'

El beso de Jennifer López y Ben Affleck parece una alegoría de todo lo que recuperaremos tras la pandemia pero ¿estaremos preparados para recuperar nuestra vida de antes?

Ben Affleck y JLo, cuando eran pareja en la década de los 90. / Getty
Fátima Díaz

20 de junio 2021 - 07:00

Jennifer López y Ben Affleck han vuelto, y ya son la pareja del momento. Las demostraciones públicas de afecto siempre me parecieron pueriles, pero en esta época cuasi postpandémica en que saltar a la otra esquina al ver al vecino paseando al perro para que no nos roce se ha convertido en nuestra triste rutina diaria, el beso de Bennifer me parece incluso un rayo de felicidad al final del camino.

Ahí estaban ellos, en plena fiesta familiar, juntando sus labios apasionadamente mientras muchos de nosotros tenemos que saludarnos aún chocando los codos o incluso con un saltito lejano y agitando la mano. ¡Qué importante es el contacto físico cuando dos se quieren! Y, si nos sorprende el arrebato delante de la suegra, no nos reprimamos ya, que bastante lo hemos hecho este último año y medio.

Personas bailando juntas en una discoteca.

Las mascarillas se irán fuera, al menos para pasear por la calle (este parece ser el primer paso, ya sabemos fecha en España: el próximo sábado). Volverán los abrazos, los besos en las mejillas, volverán a tirarnos por encima el cubata en la discoteca el borracho de turno y a clavarnos los codos para pasarnos por encima en los conciertos. ¡Cuánto os he echado de menos, ebrios y pesados de mis noches de movida!

Todo llega, todo pasa...pero esta pandemia parece haber durado una década en vez de poco más de un año. Ahora toca reflexionar sobre la importancia de lo que en breve recuperaremos. Simplemente respirar el aire fresco, ¡qué lujazo!

Jóvenes de botellón.

Soy de la generación del botellón, la del whisky para 7, la de pasarse y beber a buche la litrona, la de compartir el cigarrillo. Ahora se me presenta un dilema: ¿podré volver a coger un vaso ya usado sin que me asalten mil y un temores sobre mi salud?; ¿podré volver a disfrutar de un concierto oliendo a sobaco? y, lo que es más: ¿podré abandonar el gel hidroalcohólico que tan fielmente me ha acompañado en el bolso los últimos 18 meses?

Creo que sí, que más tarde o más temprano lo lograré, aunque siempre me quede un resquemor, una angustia pasajera, un sentimiento de rebeldía que me ha tatuado esta pandemia por saltarme la tan manida distancia social y todas las restricciones sanitarias que nos han grabado a fuego. Pero, ¿podrán hacerlo los niños que han portado obedientemente mascarilla a lo largo de todo este curso escolar? Aquellos que de marzo a mayo de 2020 se lo llevaron metidos en casa con un valor y una paciencia a prueba de bomba. Confío en que también, soy una optimista sin remedio y estoy orgullosa de serlo.

Jen y Ben besándose esta semana en Miami. / Page Six

Tan positiva soy con respecto al futuro que al ver a Jen y Ben besarse me retrotraigo a los 90 y pienso en que todo es posible, como cuando tenía 20 años. Lo bautizaré como 'el beso de los supervivientes'.

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