Cuatro días a la semana hay que tener sexo: el curioso acuerdo de matrimonio de JLo y Ben Affleck (no tan raro en Hollywood)
En Hollywood los matrimonios son extraños cuanto menos, pero todavía más los acuerdos prematrimoniales. Jennifer López y Ben Affleck acaban de firmar un contrato tras prometerse el pasado 8 de abril y los medios sensacionalistas enseguida se han encargado de filtrar una de sus claúsulas más picantes: la obligación de tener sexo al menos cuatro veces a la semana. Más de uno habrá esbozado una sonrisa teniendo que cuenta que ambos rondan la cincuentena, pero el objetivo de este punto no es otro que el de evitar las infidelidades.
De hecho el Sunday Mail ha revelado que hace 20 años, cuando la pareja se comprometió por primera vez, sellaron un contrato con una claúsula similar... no ha trascendido si el número de veces a la semana ha bajado. Aunque si alguno era infiel tendría que pagarle al otro 5 millones de dólares (más de ciatro y medio de euros).
Mientras en las cadenas de televisión y Youtube se divierten con tales "exigencias sexuales", y debaten entre si lo que importa es la cantidad o la calidad, si "forzar" el sexo en un matrimonio impide que se apague la chispa o más bien todo lo contrario, podría plantearse otra pregunta: ¿de verdad es tan raro legislar el número de veces que se practica el sexo? Esto es Hollywood y si algo tienen las estrellas es que tienen más dinero y más sexo que los mortales, y de alguna manera tienen que manejarlo. Algo similar pasaba y pasa con la realeza, quizás las únicas personas en las que también se encuentran obligaciones sexuales o de progenie en los enlaces.
Volviendo a los famosos, las reacciones en España ante esta cláusula han sido muy diferentes. Por ejemplo, Susanna Griso en Espejo Público ha comentado: "Qué horror, imagina que estableces que tienes que darte un beso todas las mañanas, en la ducha tienes que tener relaciones sexuales. ¿Me estáis tomando el pelo? ¿Eso existe? Me parece impresionante".
Pero el sexo no es lo único de lo que cuidarse en la cima del estrellato. Cuando Nicole Kidman se casó con el músico Keith Urban, ex adicto a las drogas y al alcohol, acordaron 600.000 dólares (más demedio millón de euros) para el músico por año de matrimonio, pero nada si recaía en las drogas. También hay desvergüenzas machistas, como el acuerdo entre Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones. A la actriz, 25 años más joven que el actor, le correspondería un millón de dólares por año de matrimonio pero nada si engordaba diez kilos o más. Angelina Jolie y Brad Pitt, cómo no, establecieron qué pasaría con sus hijos si él era infiel: ella se quedaría con su custodia de inmediato y sin discusión. Desde luego no hay nada como saber las condiciones de tan disparatados documentos para que se nos venga abajo la visión romántica de todas estas parejas.
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