Victoria Vera: la duquesa que no llegó a ser

Muchas con la mitad de su edad querrían estar al menos la mitad de bien que ella. Victoria Vera (VV, como llegó a ser conocida), musa de la Transición, a sus 55 años ha vuelto a posar desnuda para la revista Interviú. Y casualidades de la vida, la misma semana que la ex del duque de Huéscar se muestra tan lozana como una colegiala en la portada de la publicación, el primogénito de la duquesa de Alba es fotografiado con Alicia Koplowitz, con quien parece mantener una relación de ida y vuelta.

La actriz del destape celebra de esta pecualiar y desabrigada manera el 35 aniversario de Interviú. Lo hace, además, con una extensa entrevista en la que -para colmo de casualidades- el eje vertebrador es la pasada y rumoreada relación con Carlos Fitz-James Stuart, para más señas el hijo mayor de la duquesa.

Fue hace 29 años (en 1982) cuando el duque de Huéscar y Victoria Vera vivieron su romance, aunque nunca llegaron a confirmarlo. Victoria y Carlos vivieron una historia de amor, nunca corroborada ante la prensa, pero vox pópuli por aquel entonces. Ninguno de los dos tenía pareja en ese momento de sus vidas y ella era, además de la musa del cine del destape, una de las mujeres más bellas de España. Él, por supuesto, el heredero del ducado de Alba. Por esta relación y porque Victoria siempre ha sido invitada de excepción a múltiples actos solidarios, como el Rastrillo, la intérprete conoce a Cayetana de Alba. ¿Qué pensará la duquesa, a las puertas de su boda con Alfonso Díez, de que a Victoria se le haya soltado (un poco sólo) la lengua precisamente ahora?

Después de casi 30 años, en el mes de julio pasado, la antigua pareja sorprendía a todos reapareciendo en unas imágenes en las que se les veía accediendo juntos a la casa de la madre de la actriz. Debido a la intermitencia de la relación que mantiene el duque de Huéscar con Koplowitz, muchos hablaron entonces de que podían haber retomado su antigua historia. Pero, al ser visto de nuevo con Alicia, las rumores cayeron por su propio peso. Lo que es evidente es que mantienen el contacto y que la musa del destape y el heredero de los Alba son, al menos, amigos.