Un cambio radical
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Los medios persiguen a Mario Vargas Llosa y el premio Nobel hispano-peruano incluso tiene a los reporteros a la puerta de su casa para acompañarle en su paseo de madrugada, como pasó este domingo. Un redactor de Europa Press estuvo junto a él durante más de cinco minutos de caminata sin apenas tener respuesta del que ha sido pareja de Isabel Preysler durante ocho año.
Vargas Llosa insiste en que no quiere hacer declaraciones. La defensa que ha hecho de él su entorno no han servido de mucho ante las acusaciones de haber roto por celos como ha lanzado la madre de Tamara Falcó. En la batalla mediática, por ahora, el 'bando' de del escritor ha perdido frente al empuje e influencia de Preysler.
El escritor, que tiene 85 años, se le ve afectado por este complicado momento personal y en lo sentimental no cuenta con ánimos en estos momentos como para rehacer una vida en pareja. Aunque era improbable que Íñigo Onieva regresara por infidelidad con la marquesa de Griñón, dándole la vuelta a la tortilla; sí parece en estos momentos imposible que hubiera una reconciliación en el corazón de la madre de la noble.
Se especula que tras su confesión literario de "haber pensado con la pichula" de su personaje que lamentaba haber dejado a su mujer, Vargas Llosa estaría dispuesto a pedir perdón a Patricia, su esposa durante medio siglo. En la persecución con el periodista de Europa Press, en principio, el escritor ha respondido escuetamente que no piensa volver con ella por ahora.
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