Tremendo enfado: Carlos III se plantea dejar a su hijo Enrique sin presencia en su coronación
Polémica en Buckingham
El príncipe de Gales no sale de su indignación y asombro por las confesiones que vierte su hermano en el libro que sale publicado mañana, 'En la sombra'
La pichula congelada de Enrique de Inglaterra y los celos de su padre, Carlos III
El príncipe Enrique asegura que su madre, Lady Di, por una médium aprobó su relación con Meghan Markle
El 'regalo' que puede recibir la princesa de Gales por su 41º cumpleaños es el disgusto por todo lo que cuenta Enrique de Inglaterra en el libro autobiográfico que sale a la venta mañana, En la sombra. Su esposo, el príncipe Guillermo, está indignado al comentar Harry el enfrentamiento que relata en el que recibió un puñetazo en una discusión sobre su pareja, Meghan Markle.
Su padre, el rey Carlos III, es el que peor sale parado de estas memorias en las que el duque de Sussex incide en los celos que tiene el monarca hacia sus nueras para que le quiten protagonismo a él y a la consorte, Camila, y que no desea que vuelva a haber ninguna figura con el poderío mediático que llego a poseer la madre de los príncipes, Diana Spencer.
Lo del pene congelado durante la boda de su hermano, en 2011, cuando la relación entre ambos ya era muy distante, son revelaciones incómodas que son nimias ante otras más crudas.
Sin embargo en una entrevista concedida a la cadena ITV Enrique de Inglaterra se muestra conciliador y optimista ante su familia. Cree que es posible una reconciliación cuando el Sunday Times publicaba ayer que Carlos III estaría dispuesto a dejar a Enrique fuera de su ceremonia de coronación del sábado 6 de mayo, con el consiguiente menosprecio público que causaría tal decisión. Harry no cree posible tal desplante máximo, en el día más señalado para la monarquía. Por ahora su versión es que "pueden pasar muchas cosas" hasta entonces.
Su defensa respecto a lo publica en el libro es que nunca ha tenido ánimo de lastimar a su familia, sino que se sentía con el derecho de desahogarse sobre lo vivido desde su niñez y en especial con todo lo sufrido por Meghan en palacio, con la que existieron "muchos prejuicios". Su condición de divorciada, mestiza, estadounidense y actriz fueron obstáculos mentales de sus familiares para aceptarla.
"En estos momentos, no reconozco ni a mi padre ni a mi hermano, igual que probablemente ellos no me reconocen a mí", ha admitido. El propio Enrique reconoce que llegó a tener prejuicios sociales y raciales antes de conocer a Meghan, de ahí su briega junto a ella para su aceptación y su actual pugna por hacer valer su posiciñon.
El duque de Sussex confiesa que la muerte de su madre aún le tiene muy marcado, con un estrés postraumático que le ha impedido llorar y consolarse como hubiera deseado por su pérdida. La frialdad y presión en el seno de su familia ha sido decisivo para no mostrar los sentimientos hacia su fallecida mamá como hubiera deseado. Una de las luchas actuales de Harry es la de rehabilitar la memoria de Diana e insistir en que ella quiso defender su matrimonio de una tercera persona (por Camilla Parker Bowles) y proteger a sus hijos.
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