Tamara Falcó se viste de novia en Nueva York tras hacer piña con su madre, Isabel Preysler
Reaparición
La marquesa de Griñón se prueba su vestido nupcial tras romperse el vínculo con Sophie et Voilà
Tamara Falcó aclara en su versión del vestido nupcial cómo se la ha jugado a las diseñadoras
Mario Vargas Llosa tiene claro qué ha pasado con el vestido de novia de Tamara Falcó
Isabel Preysler y Tamara Falcó hacen piña mientras arrecian las críticas por todo lo relacionado con la ruptura del encargo del vestido nupcial con la firma vasca Sophie et Volià. La marquesa de Griñón pidió que su modelo de novia tuviera unas inspiraciones que rozaban una copia excesiva lo que obligó al exclusivo atelier a cambiar de idea inicial. Tamara, con el respaldo de su madre, apeló a la cláusula del contrato (unos 150.000 euros por ser imagen de Sophie et Voilà durante un año) por el que "si no le gustaba" podía no vestir el modelo confeccionado. Las diseñadoras decidieron romper el contrato ante el total desencuentro con Tamara y su entorno.
Con poco más de mes y medio para la boda en El Rincón, el 8 de julio, Tamara apareció este sábado con su madre y con su hermana, Ana Boyer, risueñas y distantes de toda la polémica que ha venido a rodear esta carrera contrarreloj por el cambio de planes. Acudían a la boda de una amiga de la familia, Lucía Domínguez Vega-Penichet. "Mi madre, fuente de inspiración continua", ha sido el mensaje lanzado en las redes, afecto incondicional en forma de fotos de felicidad ante al bajo estado de ánimo de Isabel tras la ruptura agitada con el escritor Mario Vargas Llosa.
Tras la ceremonia en la tarde del sábado, pocas horas después la marquesa viajaba a Nueva York para cerrar detalles y probarse el esbozo de lo que será su vestido de novia (además del de la ceremonia habría al menos otros dos en la fiestas del intenso fin de semana) y que elaborará la firma Carolina Herrera. Tamara Falcó opta así por una firma internacional y se habría reunido director creativo de la firma que fundó la diseñadora venezolna, Wes Gordon. Hay poco margen de tiempo y urgen decisiones rápidas de lo que será un magnífico escaparate para la compañía de moda aunque todas estas polémicas manchan cada vez más el reconocimiento social hacia el entorno de Isabel Preysler. Por lo pronto todo lo que es imagen de la novia en el enlace de julio tiene que quedar cerrado cuanto antes.
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