Solo queda una reina y serían cinco en el año 2050

A Margarita II de Dinamarca a sus 82 años y medio siglo de reinado le espera un túmulo en la catedral de Roskilde, a unos 35 kilómetros al oeste de Copenhague, para la eternidad. Su sarcófago se cimenta sobre tres rocas, una de Dinamarca, otra de las islas Feroe y otra de Groenlandia, los tres territorios de su reino. Su marido, el príncipe Enrique, falleció en 2018 y enfadado con la casa danesa por no haber tenido consideración de rey consorte está enterrado fuera del templo, al margen de los ascendientes que llevaron corona.

Tras el entierro de Isabel II, la última reina que tuvo carácter de emperatriz en Europa, sólo queda una mujer en el trono. Hubo primogénitas que se quedaron sin corona actual por prevalecer el derecho del varón sobre la mujer en la línea de sucesión. En España se mantiene la tradición, vía Constitución y la Princesa de Asturias reinará como Leonor al no haber tenido hermanos varones. Salvo España y dos pequeños principados, Liechtenstein y Mónaco, las princesas primogénitas tienen derecho a la sucesión sobre sus hermanos menores, sin importar el sexo. Eso sí, la ley se cambió en España para que los títulos nobiliarios fueran heredados por los primogénitos, ya fueran hombres o mujeres.

De mediar la actual ley que rige en Suecia o en Noruega, Carolina de Mónaco sería ahora la princesa soberana y la infanta Elena, la reina de España. Carlos Felipe de Suecia nació en 1979 heredero del trono sueco, como hijo varón mayor del rey Carlos Gustavo, pero en 1980 la legislación de Suecia proclamaba la igualdad y es su hermana mayor, Victoria, nacida en 1977, la que se convertía en heredera y la que recibirá la corona al fallecimiento o abdicación de Carlos Gustavo XVI. Victoria de Suecia, que tiene 45 años, debería ser la siguiente mujer en Europa en ascender al trono.

Y en 1980 precisamente recibió la corona la última reina, Beatriz de Holanda, monarca de los Países Bajos que renunció en favor de su hijo Guillermo en 2013. En un futuro será su hija Catalina Amalia, que acaba de alcanzar la mayoría de edad, la que le suceda. Tuvo una abuela reina, Beatriz; una bisabuela reina, Juliana; y una tatarabuela reina, Guillermina. Lo del actual rey de los neerlandeses es casi un accidente en la historia de aquel país.

A la última reina, Margarita, le sucederá su hijo Federico, de la generación de nuestro Felipe VI. A su vez será su hijo Christian el que le releve en el trono allá por mediados de este siglo, en el que la mitad de las monarquías europeas estarán lideradas por mujeres.

Leonor de Borbón (y después su hermana Sofía) comenzará el año próximo su formación militar y universitaria. Seguirá los pasos de la heredera de Bélgica, Isabel de Brabante, hija del rey Felipe de los belgas y que cumplirá 21 años en octubre. Coetánea de ambas será Ingrid Alexandra, ahijada del rey español, que celebró su mayoría de edad en este año, y que en su momento recibirá la corona del actual príncipe Haakon, marido de Mette Marit e hijo del actual monarca, Harald.

Cuando en Noruega vuelva a haber una reina sería alrededor de 2050, en la vecina Suecia estará Victoria o su hija mayor, Estela. En Luxemburgo estaría como gran duque el príncipe Guillermo; en Liechtenstein el príncipe Alois, hijo de Juan Adán, el actual soberano, y en Mónaco será príncipe soberano Jaime, hijo de Alberto y Charlene. Si se cambiara la ley podría recaer el cetro del principado en manos de su hermana Gabriela, que como melliza nació sólo dos minutos antes.

La historia, de todas formas, juega en contra de Gabriela. En el tratado de independencia de Mónaco figura que en caso de acabar la línea dinástica de varones, el principado pasaría a Francia. En Mónaco, según su tradición, nunca podría estar en el trono una soberana.

Todas estas casas europeas han estado reunidas este lunes en Londres con motivo del adiós a la reina más venerable del siglo XX y XXI, Isabel II. En el Reino Unido no se atisba que vuelvan a tener una monarca hasta tal vez el siglo próximo. A Carlos III le sucederá su hijo Guillermo, con su esposa Catalina como consorte, y éste a su vez tendría como príncipe de Gales a su primogénito, Jorge. El hijo mayor de los príncipes de Gales odría ser entonces un rey insular entre cinco reinas continentales.