Robert Redford, 86 años del actor que sigue conquistando Hollywood
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Existen personas llamadas a escribir su nombre en letras de oro en los anales de la historia y hace ya 86 años desde que Robert Redford empezara propia leyenda. El actor, director y productor cumple años como el último de los galanes clásicos que aún permanecen en activo.
Más de 60 años de dedicación a su carrera interpretativa es algo al alcance de muy pocos. Nacido el 18 de agosto de 1936 en Santa Mónica, California, su vida ha sido un retrato de luces y sombras, repleta de éxitos profesionales, pero con grandes desgracias personales que marcarían su sino. El joven Redford vive una adolescencia rebelde, obteniendo una beca en la Universidad de Colorado gracias a sus dotes para el béisbol. No obstante, el deporte no sería su pasión y empieza a involucrarse en el alcohol, como consecuencia de las depresiones tan comunes en su larga vida, siendo expulsado de sus estudios.
El galán viajaría por toda Europa en busca de su identidad artística, visitando ciudades como Florencia, París e incluso España, donde se enamoraría de nuestro país, llegando a residir en Málaga. Ya de vuelta en California, conocería a la joven mormona Lola van Wagen, que se convertiría en la primera esposa del actor. Tuvieron cuatro hijos, aunque la desgracia visitaría al joven matrimonio con la muerte de uno de ellos, Scott, fallecido con dos meses por muerte súbita. Este hecho se une al fallecimiento de su madre con tan solo 37 años de cáncer, ahondando en Redford hasta lo más dentro y revitalizando la depresión que padecía. El matrimonio con Lola Van Wagenen llegaría a su final y Redford se relacionaría con nombres como la actriz Sonia Braga o la encargada de vestuario Kathy O’Rear. De su vida amorosa podrían escribirse ríos de tinta, dado los múltiples romances que se le atribuyen al galán de Hollywood. Sería en el año 2009 cuando se casara con la pintora Sibylle Szaggars.
Sin embargo, el destino preparaba a Redford para una vida de logros cinematográficos sin igual. Su larga carrera daría inicio con incursiones en el mundo teatral, de la mano de Tall Story. Sería con Descalzos en el parque, de Neil Simon, de las tablas de Broadway y adaptación teatral que llevaría a la pantalla, la obra con la que todos comenzarán a conocer a aquel actor rubio cuyo nombre querrían todas las productoras en su reparto.
Habría también un punto clave dentro de sus éxitos, no solo por lo que supuso cinematográficamente para sus protagonistas, sino por la amistad forjada detrás de las cámaras. Era el turno de Dos hombres y un destino, el western de 1969 considerado como película de culto en cualquier filmografía. Paul Newman quería a Jack Lemon como compañero de reparto y fue el propio director, George Roy Hill, el que lo convenció para aceptar a Robert Redford en el papel de Sundance. La química en pantalla de dos actores de la talla de Paul Newman y Robert Redford era algo que deslumbró a productores, público y críticos. Comenzaría una amistad que se trasladaría de manera exquisita a la pantalla. Fruto de esto, nacería cuatro años después, en 1973, la obra maestra El golpe, con dos de los estafadores más famosos de la historia del cine, encarnados por ambos actores. La película arrasaría en premios y nominaciones, consiguiendo incluso el Óscar a la mejor película.
Redford nunca quiso ser considerado solo un sex symbol y prueba de ello son los numerosos proyectos en sus diversas facetas en los que se embarca en años venideros: “Todos los que quieren cultivar su arte y no solo su popularidad cuentan con todo mi respeto”, expresaba el actor. En el año 1980 se embarca en su primer película de director con Gente corriente, logrando el Oscar como director revelación y a mejor película ese mismo año. Redford seguiría repitiendo en su rol de director, al tiempo que disminuían sus trabajos como intérprete, aunque aún quedarían por llegar grandes mitos del cine como Memorias de África, Una proposición indecente o El Río de la vida. La Academia le concedería el Oscar honorífico por su carrera en el año 2002. En el año 2018, decide abandonar la interpretación, aunque no descarta volver a las pantallas como director. El 17 de octubre del año 2020, Redford vuelve a sentir la desgracia con la muerte de su hijo James, que fallece a la edad de 58 años debido a una enfermedad autoinmune del hígado.
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