Los hombres toman la 'red carpet'
Alfombra roja de los Oscar
El actor Billy Porter reivindicó la presencia masculina con un esmoquin-vestido negro. Bardem apostó por incluir un detalle vanguardista a la indumentaria clásica. Spike Lee fue el más extravagante.
La alfombra roja de la 91 edición de los Oscar pasará a la historia por la presencia masculina. Los hombres reivindicaron su sitio en este desfile de glamour, con más o menos acierto. El atrevimiento, el colorido y la originalidad se impusieron al rígido protocolo, que deja poco margen a la imaginación en cuanto a vestimenta masculina.
Con la llegada del actor Billy Porter llevando un esmoquin-vestido de terciopelo negro de Christian Siriano, zapatos de Rick Owens y joyas de Oscar Heyman, todos empezamos a darnos cuenta de que esta red carpet iba a ser diferente. La talla era impecable (estaba hecho a medida), Porter lo defendía a la perfección y los elementos no eran nada fuera de lo común (un traje largo y una chaqueta), pero la gente se llevó las manos a la cabeza. ¡Un hombre llevando un vestido! El propio Porter ha explicado el por qué de su indumentaria en Vogue: "Cuando eres negro y gay, la masculinidad de uno está en duda. Lidié con la homofobia por mis elecciones de ropa. Cuando conseguí mi primer trabajo en A&M Records, fui silenciado durante mucho tiempo. Trataba de encajar en lo que otras personas pensaban que debía ser", afirma el protagonista de Pose. "Ahora estoy en una posición en la que me invitan a alfombras rojas y tengo algo que decir a través de la ropa. Mi objetivo es ser una pieza de arte político cada vez que aparezca".
Pese a su clara intención reivindicativa, el hombre más elegante de la noche fue Chadwick Boseman, siempre fiel a Givenchy, quien lució un esmoquin estallado de lentejuelas y camisa negro con larga lazada, al estilo dandy. Mark Ronson, remarcó la elegancia británica con un esmoquin negro, ribeteado en blanco, de tendencia pijama, uno de los mejor vestido de la noche junto a Richard E. Grant, elegancia en estado puro con un esmoquin de terciopelo granate, pantalón negro y pajarita.
Del terciopelo al satén o modelos de inspiración vintage coloreados en tonos negros o azules o verdes han sido algunas de las opciones masculinas más llamativas de esta edición, en la que Jason Momoa, con un esmoquin rosa empolvado, y su mujer Lisa Bonet fueron una de las parejas más cool.
Stephan James apareció con un esmoquin de terciopelo rojo y botines blancos. Otro de los estilismos más comentados fue el del estilista de celebrities Brad Goreski que acudió a la cita con un esmoquin bicolor en blanco y negro, camisa blanca y zapatos con lazada de Louboutin.
Javier Bardem y Ryan Seacrest prefirieron añadir notas más vanguardistas a un esmoquin más tradicional. El español apostó todo al negro con un modelo tornasolado y el americano se decantó por un diseño con flores brocadas en granate y negro.
Otros actores como Diego Luna, Williem Dafoe, Viggo Mortensen o Bradley Cooper prefirieron no arriesgar y apostaron por el clásico esmoquin, aunque esta prenda no a todos sienta igual. Impecables resultaron Henry Golding, que domina esta prenda como nadie y Rami Malek, que dejó a una lado la estética gay de Bohemian Phapsody y brilló con uno clásico.
Entre los peores vestidos, Spike Lee, nominado al mejor director por Do the Right Thing, que decidió romper moldes con un traje de chaqueta morado, camisa azul añil, deportivas doradas y gorra con visera de charol negro. Siguiendo esa estela, Pharrell Williams que llegó al teatro Dolby con un traje de chaqueta con pantalón corto de estampado de camuflaje, calcetines blanco, zapato negro, una estética de uniforme a medio camino entre las fuerzas armadas y el colegio.
Un desfile masculino que ha eclipsado a una bellísima y morena Charlize Theron con un impresionante vestido azul celeste de Dior, de manga larga y espalda descubierta que le sentaba como un guante.
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