Un cambio radical
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Alusión al torero
El 2 de agosto se cumplen 46 años del fallecimiento de la cantautora Cecilia, cuando sólo tenia 27 años y una carrera musical brillante en apenas tres álbumes (más un cuarto, póstumo). Evangelina Sobredo, su nombre real, era hija de un diplomático que tras tantos años en el extranjero quiso mostrar su inquietud poética, feminista y contestataria. De una sensibilidad así surge una canción tan valiosa como Mi querida España. En un lugar perdido de la Meseta, en un pueblo zamorano, Colinas de Trasmonte, fallecía en un accidente de tráfico cuando el vehículo en el que viajaba el equipo de la gira se empotró contra un carro en plena carretera.
La intérprete de Dama, dama y segundo puesto en el Festival de la OTI meses antes con Amor de medianoche, perdía de la vida en una desafortunada casualidad. Llegó a componer temas para Julio Iglesias y, precisamente, Rocío Jurado.
El legado de Cecilia ha pervivido durante todo este tiempo, sus temas han sido revisitados y versionados y el nombre de la cantante ha reaparecido en los medios por el apodo que recibía José Ortega Cano por la familia de su esposa, Rocío Jurado.
Rocío Carrasco ha revelado en su actual docuserie que el segundo marido de su madre, con el que nunca terminó de tener una buena relación, era llamado "Cecilia". Juan, hermano de la cantante, acuñó el mote musical, "porque era muy 'agarrao", incide Carrasco.
La razón de ser conocido como la fallecida cantante procede de la canción más popular de esta autora, Un ramito de violetas. En el estribillo de esta historia cantada en la que un marido malencarado envía flores a su mujer en secreto como si fuera un amante imaginario.
"Y cada 9 de noviembre, como siempre sin tarjeta, le mandaba un ramito de violetas", canta Cecilia y los Mohedano adoptaron con guasa la frase "como siempre sin tarjeta". Bromeaban sobre la fama de tacaño del torero murciano, de que Rocío Jurado afrontaba todos los gastos, porque Ortega Cano, "como siempre sin tarjeta", eludía pagar. Y por esa situación reiterada se acordaban del estribillo de Un ramito de violetas y, por tanto, Ortega Cano siempre fue para ellos "Cecilia".
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