Luis Martínez de Irujo, el desconocido primer marido de la duquesa de Alba
Biografía
El historiador José Miguel Hernández publica un ensayo sobre el duque de Alba consorte fallecido en 1972
La familia Alba agradece a los sevillanos el "cariño" mostrado en las exequias de la duquesa
El discreto nuevo duque de Alba
"Ha existido un olvido sorprendente de su figura", se asombra José Miguel Hernández, el historiador que se ha adentrado en la vida de Luis Martínez de Irujo, duque de Alba consorte, primer marido de Cayetana y gestor fundamental para la conservación del patrimonio histórico de la casa y la modernización de los recurso.
Luis Martínez de Irujo. El peso del nombre es el título del ensayo investigador publicado por Esfera de los Libros que presenta a un tenaz administrador que estuvo a la altura de los acontecimientos, ubicado en un plano lateral, dejando en todo momento que brillara su esposa. Martínez de Irujo, que trabajó personalmente en los últimos años de la reina en el exilio Victoria Eugenia, falleció hace 50 años en Houston, tratándose de una feroz leucemia. A su lado se encontraba su hijo mayor, Carlos, actual duque de Alba, que días atrás estuvo en el acto de la Universidad Villanueva donde intervino Hernández para exponer su libro. Han sido años de investigación en los fondos de la fundación y ha indagado en muchas más fuentes, archivos y testimonios para trazar la figura pública y privada de un nombre realmente casi desconocido.
"Murió muy joven, con 52 años, pero sentó las bases de un trabajo de reconstrucción y actualización de un patrimonio del que siempre se hizo responsable, proyectando hacia el futuro", expone Hernández. "Es una persona de perfil discreto, que cuadra entre medias con su suegro, Jacobo Fitz-James Stuart (que falleció en 1953) y su mujer Cayetana (con la que se casó en 1947)". De la recordada duques de Alba lamenta que sobre todo las nuevas generaciones se queden con el cliché de sus últimos años, cuando ella y su marido fueron los mejores emblemas de una España aún oscura y que vivía casi en pleno aislamiento internacional.
"La pareja funcionaba muy bien y lo digo en todos los sentidos. Era una pareja con los papeles repartidos", admite el autor del libro.
"El duque asumió la gestión del patrimonio, el papel político que debía asumir como leal defensor de la monarquía y el desarrollo cultural. Él gesta la proyección social de su legado", insiste Hernández sobre la vertiente gestora, empresarial y de mecenazgo.
Para el perfil de Luis Martínez de Irujo el historiador ha tenido largas charlas con sus hijos Carlos y Alfonso. "Era serio y ejecutivo, pero también muy ingenioso. Un madrileño de origen vasco, con mucho sentido del humor que supo trasladar la proyección de la casa más allá de España". Su humor queda plasmado en algunas fotografías, como la de un posado junto a Jackie Kennedy.
Los duques de Alba suscitaban fascinación en Estados Unidos en unos tiempos en los que nuestro país no tenía repercusión internacional. "En EEUU hay una locura por los Alba. En 1960 acudieron a Nueva York a un baile en el que dejaron huella. Era un matrimonio joven y Luis juega en ese equilibrio de caracteres, dejando el protagonismo a su esposa".
También los duques de Alba eran apreciados en el Reino Unido. "Aquí hay un elemento para entender a la pareja como representantes de la evolución de España. Cuando ellos se casan están distanciados de la élite política. No son bien vistos por ser monárquicos. En los años 50 todo comienza a cambiar respecto a su papel en el contexto de España. Los Alba forman parte de una élite que conecta con los valores tradicionales pero que no descuadra con los proyectos de una sociedad que está transformando".
Como ejemplo de grandeza de Cayetana de Alba, más allá de sus títulos de gran, el desfile de moda organizado en1959 en el palacio de Liria. Un evento promovido por la firma Christian Dior, con Yves Saint Laurent de director, rendido admirador de la duquesa. "En el reconocimiento a Cayetana hay un grandísimo papel influyente de Luis", añade Hernández.
La cadena británica BBC dedica un programa nocturno en 1966 a la duquesa de Alba con la conducción de una institución en la televisión del Reino Unido, Alan Whicker. En ese reportaje que partía de la excusa de los castillos españoles, la producción critica la diferencias sociales en el franquismo, el atraso y las desigualdades que no resuelve el régime franquista. Whicker, por contra, quedó abrumado con la familia Martínez de Irujo, por mantener tradiciones y legado matrimonial. Cayetana, una madre de cinco hijos varones a los que atiende: "una mujer echada para adelante".
En El Pardo no gustó aquel programa. El entonces ministro de Turismo, Manuel Fraga, encarga un documental de respuesta, también dedicado a la duquesa, dentro de la serie Conozca usted España.
La rehabilitación de Liria, que culmina el duque consorte, la conservación de las Dueñas y la reforma del tercer gran palacio de la casa, el salmantino de Monterrey, forman parte de ese cuidado por el legado de Alba a cargo del primer marido de Cayetana: "el duque es un ordenador del patrimonio y la familia se preocupa por mantener su presencia y conexión allá donde se encuentran sus propiedades", analiza el autor del libro biográfico.
Una misión inicial de Luis que continuó la familia. "Tienen muchas tierras, pero lo importante para Martínez de Irujo era no desprender de propiedades. Son campos que no les hace ricos, pero lo importan es la modernización en la gestión de las tierras, con una administración directa, no a través de aparceros, y una preocupación por las mejoras económicas del entorno", analiza el historirador sobre la labor de base desarrollada por el duque.
También te puede interesar