Julio Iglesias, el rey que se quedó solo

Carrera en declive

El cantante se encuentra convaleciente en la República Dominicana, lejos de su mujer, Miranda, que vive en Miami y enfrentado con su 'heredero', su tercer vástago, Enrique

A punto de cumplir 79 años, con una fortuna de más de 800 millones de euros, no quiere ser visto en su estado

Julio Iglesias con Adolfo Suárez, uno de sus grandes valedores, en el Festival de Eurovisión de 1970
Julio Iglesias con Adolfo Suárez, uno de sus grandes valedores, en el Festival de Eurovisión de 1970 / RTVE

Para que Julio Iglesias fuera quien ha sido tuvo un nombre fundamental en sus primeros pasos: Adolfo Suárez. Era el director general de TVE que lo envió en 1970 al Festival de Eurovisión a cantar Gwendolyne.

Quedó en un engañoso cuarto lugar, porque pudo quedar bastante peor, pero durante años el ex guardameta de la cantera del Real Madrid tenía la suerte de cara. Al año, el que fuera portero se casó de penalti en Illescas con Isabel Preysler, a la que fue engañando por las ciudades por donde recorrían sus giras musicales. Se precipitaba a los teléfonos de los hoteles, “estoy bien, sí, aquí... como siempre”, y tuvo que salir pitando con algún marido con el revólver apuntándole. Todo eso lo contó su representante durante años, Alfredo Fraile, fallecido en 2021.

Adolfo Suárez, que llevó a Europa el aperturista En un mundo nuevo de Karina como mensaje en apariencia inofensivo (el búnker ni se enteró), mimó a Julio Iglesias en la tele. Y en correspondencia apareció en la noche electoral del 15 de junio del 77 para proclamar su victoria. “Es un hombre en el que no muchos creíamos en un principio. Un hombre cuyo éxito es absolutamente reconocido en Europa y en América”, confesaba con admiración José María Íñigo, el animador del programa mientras llegaban los datos electorales. (Ojo al inicio del vídeo):

Especial Elecciones 1977 en TVE. José María Íñigo presenta a Julio Iglesias con 'Soy un truhán, soy un señor'

Julio Iglesias era ya el rey de las baladas y en aquella noche de democracia y confesiones presentó su célebre tema del Dúo Dinámico (“hay cosas de verdad y otras de mentira”, quería disimular). Soy un truhán, soy un señor: “me gustan las mujeres, me gusta el vino, y si tengo que olvidarlas, bebo y olvido”, relataba. Julio, ya lo sabes, acumula según él mismo una lista de un millar de señoras que compartieron sábanas. Warren Beatty, que en Hollywood se dedicaba con fruición, calcula que tuvo 3.000 anatomías a su disposición. Los cálculos se disparan en otros nombres ilustres si van ahora a consultar al señor google.

julio Iglesias e Isabel Preysler
julio Iglesias e Isabel Preysler

La primera esposa de Julio, Isabel Preysler, reina indiscutible de las portadas, le dio tres hijos y un portazo en las narices en 1978 cansada de las veleidades del inquieto cantante. “Soy de aquellos que sueñan con la libertad”, canturreaba a bordo de un barco hace 40 años en su Quijote.

Porque Julio decía que era España y a su ex esposa, Isabel, le decían de todo por buscar parejas más interesantes. Ahora que los miramos casi octogenarios ella está feliz con su agenda publicitaria y los compromisos de un premio Nobel y él se encuentra confinado, sin ganas de ser visto, en un remoto lugar, en la República Dominicana. Allí lo visitó hace unos días su amigo El Puma. Lo vio en silla de ruedas, con problemas de movilidad y memoria mientras unas invitadas se bronceaban de más en una piscina.

La otra mujer que rompió el corazón al cantante de Hey, la modelo neerlandesa Miranda Rinsjburger, vive lejos de él, en Miami. Le dio otros cinco hijos, aunque entre demandas y bromas, Julio tendría algún heredero más.

Julio Iglesias con los tres hijos que tuvo con Isabel Preysler, Chabeli, Julio José y Enrique
Julio Iglesias con los tres hijos que tuvo con Isabel Preysler, Chabeli, Julio José y Enrique

Pero quien le disputó la corona de los bombones fue su tercer vástago, Enrique. Quiso ocupar el trono musical sin atender a los requerimientos paternos y terminaron por distanciarse y apenas se han hablado un par de veces en todo este tiempo. Julio llevó mal el esforzado éxito del hijo, inculcado por su madre para perseverar, dosificarse y disfrutar también para asentarse y formar una familia. Con Anna Kournikova, que aparecía en los Telediarios abriendo la sección de Deportes por sus éxitos en el tenis, tiene dos niñas y un niño. No hay un anillo que les una pero al cabo de veinte años les da igual.

El padre ha sobrellevado mal su crepúsculo. En el 92 publicó el disco Calor, en un año de multitudes, y desde ahí comenzó a declinar entre sus adaptaciones de éxitos ajenos y su falta de gancho con canciones propias. Julio Iglesias vive de las glorias del pasado y no supo enfocarse a los nuevos tiempos y revalorizarse como hizo su precursor Raphael.

Julio Iglesias besa a un bebé en 1999
Julio Iglesias besa a un bebé en 1999

Sus cifras son de respeto: cerca de un centenar de discos en 14 idiomas, con 350 millones de ejemplares vendidos, todo ello antes de la proliferación de plataformas virtuales y 5.000 conciertos donde entregaba sus ademanes descolgados y sus golpes en la barriga, rastros de sus dolencias en la columna que se revelan ahora con sus problemas de movilidad.

Por dinero no será: se le calcula más de 800 millones de euros. Le echa un ojo a las cuentas desde su soleada mansión dominicana. Cumplirá 79 años en septiembre, podrá cantar “pero sigo siendo el rey”, afrontando los incordios de la salud ajada y que le han impedido volver a los escenarios. Lo que desearía para regresar a ser quien fue y reclamar su sitio.

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