Un cambio radical
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Ídolo juvenil
"Amor... me da una fuerza para torear...y para lo que haga falta", decía un joven Jesulín de Ubrique en el anuncio de Cola Cao allá obre 1995, cuando aún disfrutaba de su estela de ídolo juvenil además de ser el diestro más contratado y que era capaz de congregar festejos sólo para mujeres.
El sport de Cola Cao del maestro ubriqueño es casi un retrato sociológico de los niños bien de los años 90. Un trío de jóvenes andaluzas señalan la llegada de diestro al bar alicatado de azulejos de patio, el torero se alegra de encontrarse con la pandilla junto a dos amigos mudos que se le dan un aire. En ese momento su arma de seducción es invitar a todos a tomar... Cola Cao. El camarero se pone sonriente manos a la obra. No es creíble pero entonces Jesulín podía permitirse ser imagen de lo que hiciera falta. Y de tener esa picardía natural, de apariencia ingenua, con la que se hizo famoso mientras se jugaba el tipo en la plaza.
Por entonces el diestro tenía 20 años y un lustro como profesional. Fue entonces cuando conoció a una cándida madrileña, Belén Esteban, émula de las admiradoras del anuncio y se dirige como "amor" a la que más atención le presta. Un año después de conocer a 'la' Esteban fue cuando Jesús Janeiro quiso ser también cantante e ídolo musical el inicio de su fin de aquella etapa juvenil donde era la figura española más deseada en los medios, en las portadas y en las carpetas adolescentes.
El spot del Cola Cao (haría otros, yéndose a dormir con una reconfortante taza, "me relaja un montón") es un recuerdo de aquella máquina de dinero e imagen que era el torero de los primeros años de las cadenas privadas.
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