Isabel Preysler expulsa a otra persona de su vida junto a Mario Vargas Llosa
La madre de Tamara Falcó sí es de romper lazos al sentirse traicionada
Mario Vargas Llosa: ni con Isabel Preysler ni con Patricia Llosa
Tamara Falcó le da la vuelta al metaverso y regresa con Íñigo Onieva
La inicial ruptura de Tamara Falcó con Íñigo Onieva coincidió con el fin de la relación de Isabel Preysler con Mario Vargas Llosa aunque nadie salvo su entorno lo supiera en estos instante. La recta final de 2022 para la viuda de Miguel Boyer fue complicada en lo sentimental de ahí que se sintiera más susceptible en todo lo que fue la truncada separación de su hija al descubrirse un vídeo con la infidelidad de Onieva. Fue entonces los días de lágrimas y la frase del metaverso. Al poco más de dos meses las aguas de la marquesa de Griñón volvieron a su cauce, se reconcilió con Onieva, para pasmo de todos aquellos que habían tomando partido en lo sucedido, y la revista ¡Hola!, la de cabecera de las exclusivas de la familia, y Netflix, que es donde se produce la docuserie La marquesa, se frotan las manos.
Sin embargo Isabel Preysler ha contemplado esta realidad de una manera más férrea y escéptica coincidiendo con el anuncio de la ruptura con el premio Nobel. Tras el anuncio en portada el pasado 28 de diciembre la reacción en el entorno del escritor fue más airada al convertir a Vargas Llosa en una persona celosa y sin control. Fue cuando se recordó el texto de Los vientos, escrito en 2020, donde salía a relucir a través de un personaje las decepciones y las frustraciones sentimentales del escritor a lo largo de sus años con Preyler. Fueron los años de arrepentimiento "por un enamoramiento violento", por pensar "con la pichula" (término que ya ha dado la vuelta al mundo) en lugar de con la cabeza.
El cariz que ha ido tomando, dentro de unas líneas de discreción y contención, una auténtica guerra fría entre ambas partes, convierte en imposible un acercamiento entre Preysler y Vargas Llosa. El ingreso del escritor hispano-peruano en la Academia Francesa el 9 de febrero, con presencia del rey Juan Carlos y su hija Cristina, será la escenificación de la expulsión de Isabel Preysler de su paraíso personal. El anuncio del ingreso fue en noviembre cuando todavía hay margen para que su entonces amor estuviera a su lado. A su vez, la boda de Tamara, en la fecha ya prevista del 17 de junio, será la muestra del círculo de confianza de la madre y de la hija, que ha invitado a sus compañeros de El Hormiguero, como ha anunciado en antena.
Y habrá otro expulsado que no estará en esa boda y no volverá a entrar en la casa de Isabel Preysler. Un buen amigo de Tamara Falcó desde hace años y que reforzó su vínculo con la experiencia en MasterChef Celebrity. El venezolano Boris Izaguirre, tan influyente y magnifico, asesor y confesor de la marquesa de Griñón, ya no forma parte del entorno de confianza de madre e hija.
La pelea entre los de Preysler y Boris se produjo a raíz de una artículo que el también escritor además de cronista publicó en el que hablaba sobre el discurso de Tamara en el Congreso Mundial de las Familias celebrado en México. En aquella intervención la hija de Isabel hablaba de "sexualidades" en términos que Boris interpretó como homofobia cuando ella se estaba refiriendo a que no aceptaba parejas abiertas y conceptos así. El artículo terminó siendo el motivo porque el que la amistad se fue al traste.
La deslealtad la responde Isabel con el ostracismo. Entiende que no fue leal con su hija y con la confianza que se le había dado en su hogar.
Y por ahora no hay visos de que haya acercamiento ni perdón. El que parecía en noviembre estar fuera de órbita, Íñigo Onieva, es el que al final ha sido re-aceptado en el paraíso de la reina de las portadas y su hija, heredera de su posición. Boris lo va a pasar mal en el metaverso de los Falcó Preysler.
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