Un cambio radical
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Las secuelas del robo
Inmaculada Casal y María del Monte están viviendo los momentos más difíciles de su vida. El robo en su vivienda, en el que podría estar implicado Antonio Tejado, el sobrino de María del Monte, supuso un jarro de agua fría para ambas. El televisivo se encuentra en libertad provisional tras ingresar en la cárcel el pasado mes de febrero. La salida de prisión de Antonio Tejado pilló a Inmaculada y María en El Rocío, donde han permanecido unos días aprovechando la romería.
En la vuelta a la realidad de Inmaculada Casal han aflorado una cantidad importante de emociones. Por un lado, se trataba del final de temporada de su programa en Canal Sur, Andalucía de tarde, y por el otro se veía obligada a referirse al robo en su domicilio, el acontecimiento que ha marcado su vida y la de su pareja.
“Yo abría el programa hace un ratito diciendo que era un programa difícil para mí. Difícil porque bueno este es el último programa de esta temporada. Una temporada que me ha dado muchas alegrías pero me ha cogido en un momento bajo por el suceso horroroso que he sufrido en mi casa y desde aquí dar las gracias a los colaboradores”, ha dicho antes de despedir el programa.
Sus compañeros de programa han querido interesarse por su situación actual. En esta ocasión, Casal no ha eludido el tema y ha explicado cómo se encuentra en estos momentos. “Yo estoy fastidiada. Han sido días difíciles, el programa me ha venido bien porque he pensado en otra cosa. No me gusta hablar del tema, dije que no iba a aprovechar el programa para ello. Solo digo que respeto la decisión judicial y que sabía que iban a salir en libertad con cargos a la espera de juicio”, ha comentado.
La presentadora no ha podido contener las lágrimas, retomando la palabra tras unos segundos de espera para reconocer que vive con el miedo en el cuerpo. “¿Sabes que te digo una cosa? Tengo miedo porque saben quién soy, saben dónde vivo, cuál es mi familia, dónde salgo, a qué hora salgo…” ha expresado con lágrimas en sus ojos.
Inmaculada y María, que siempre han defendido la presunción de inocencia de Antonio Tejado, prefieren mantenerse al margen del proceso judicial a la espera de acontecimientos. Lo cierto es que ambas viven con una situación de inseguridad, que seguramente les acompañará hasta que los jueces emitan la sentencia final y se depuren responsabilidades.
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