Hollande puede marcar otro rumbo a la UE

Rafael Cañas (Efe) / Bruselas

06 de mayo 2012 - 01:00

El resultado de las presidenciales francesas puede marcar un giro considerable a la política económica de la Unión Europea, en la que el cambio de políticas económicas que promueve el favorito en las encuestas -el socialista François Hollande- está comenzando a calar.

El cambio de enfoque de una política centrada en la austeridad y el saneamiento de las cuentas públicas para orientarla hacia el crecimiento y el empleo, aunque sin alegrías en el gasto público, se está haciendo poco a poco cada vez más palpable en la UE.

Otras propuestas más belicosas de Hollande, como renegociar el pacto fiscal firmado en marzo por 25 países comunitarios, están siendo cada vez más matizadas, mientras que en su petición de que el BCE intervenga más en apoyo del crecimiento coincide con el actual presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Si gana Sarkozy, en Bruselas ya saben qué pueden esperar de él, pero si el vencedor es Hollande, la elección francesa del domingo "puede dar un giro importante" en la discusión en la UE sobre economía y fronteras, una cuestión que el presidente en funciones ha agitado de forma creciente en los últimos meses, señaló a Efe una fuente diplomática.

En primer lugar, los datos divulgados el 23 de abril por Eurostat muestran que Francia está mejor de lo que se pensaba y que le costará menos de lo previsto llegar al umbral del déficit 3 % del PIB, tras cerrar 2011 en el 5,2 %.

Sin embargo, Hollande ya ha advertido de que se tomará tranquilamente llegar al déficit cero, lo que espera lograr en 2017, es decir al final de su eventual mandato. Y en segundo lugar, en Bruselas se confía en que por fin se está produciendo el tan esperado cambio de ciclo económico, lo que debería permitir el inicio de unas políticas diferentes, de las que Hollande podría ser un abanderado en la UE.

Aun así, tampoco se esperan grandes cambios de la noche a la mañana. Como dice Marco Incerti, un analista del Centro Europeo de Estudios Políticos, el margen para las alegrías fiscales es mínimo y "nadie sabe cuál es la receta para el crecimiento".

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