El viaje de los reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, tras su escapada a Jerez

Los reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, han proseguido viaje tras haber estado el pasado fin de semana en Jerez de la Frontera con motivo de la boda de la duquesa de Medinaceli. La mujer con más títulos nobiliarios en el mundo, Victoria de Hohenlohe, se casaba el sábado en la jerezana iglesia de San Miguel con el directivo de ascendencia francesa y argentina, Maxime Corneille.

Por vínculos de amistad y también por relación por linaje, los reyes neerlandeses quisieron acompañar a los contrayentes en su fiesta iniciada en las instalaciones de Campo Real el viernes. La celebración posterior al enlace se celebró en la finca Salto al Cielo, a las afueras de Jerez.

Los reyes estaban acompañados por su primogénita, la princesa Amalia, y apenas pudieron ser captados por los fotógrafos debido a las medidas de seguridad que les rodeaban.

Tras esta estancia gaditana, el monarca de los Países Bajos y su esposa han partido para Sudáfrica, país donde el reino neerlandés tuvo gran presencia en las décadas de colonización en los llamados territorios bóers. El neerlandés es un idioma que sigue siendo hablado por una minoría y es una de las lenguas que nutrió el afrikáans. El importante nexo comercial entre ambos países arroja un volumen de comercio anual de más de 6.000 millones de euros aunque anteriormente Países Bajos fue de los más firmes detractores del régimen político del apartheid.

El viaje oficial de Guillermo y Máxima incluye la visita al Museo del Apartheid, en Johannesburgo, o los Jardines Botánicos Nacionales de Sudáfrica, en Ciudad del Cabo, donde ha vuelto a destacar la afabilidad de la reina holandesa, de ascendencia argentina, que se ha ganado el aprecio de los sudafricanos.

La reina Beatriz, madre de Guillermo Alejandro, fue en 1996 la primera monarca neerlandesa que llevó a cabo un viaje de Estado a Sudáfrica , tras ser invitada por Nelson Mandela, primer presidente negro del país africano.