"En ¡Hola! escogimos el periodismo respetuoso"
-Durante veinte años fue subdirector y director adjunto de ¡Hola! En su libro habla de ejercer "periodismo de señores". ¿Se siente haber ido contracorriente en el gremio del corazón?
-En los últimos años ha podido perderse en las revistas y en la televisión ese periodismo amable. Siempre han existido lo que se llamaba las revistas de amenidades y nosotros escogimos el periodismo respetuoso con los personajes que como definió el fundador de ¡Hola!, Antonio Sánchez, son la espuma de la vida. En ¡Hola! nunca hemos perdido el tacto y la elegancia y nuestra intención es que siga así.
-¿Está sobrevalorada la impertinencia?
-Puede parecer que los impertinentes son más valorados. Vengo de la Biblioteca Nacional de recoger una serie de cabeceras. Durante la transición se dijo que la prensa amable desaparecería y resulta que tengo una lista de 60 revistas, más o menos agresivas, que salieron nuevas tras la transición y que desaparecieron.
-El periodismo de ¡Hola! incluso ya da la vuelta al mundo.
-Al cabo de 70 años seguimos aquí y con una proyección internacional asombrosa. ¡Hola! es una franquicia que se ha exportado a todo el planeta.
-¿Sigue vigente la ostentación, pese a la crisis?
-A los lectores les gusta asomarse a las grandes casas, soñar con el lujo que nosotros no podremos permitirnos. Nos gusta ver esa clase de vida, a gente privilegiada.
-¿Hay algo de envidia cuando se critica a quienes salen en las revistas?
-Probablemente habrá algo de envidia, pero además de enseñar casas y lujo también en las revistas hay firmas muy interesantes y muchas fotos y noticias de actualidad. En ¡Hola! presumimos siempre de tener reconocidos colaboradores.
-Las revistas del corazón en los años 70, cuando usted dirigía Diez Minutos, tenían cada una personalidad más definida. Ahora en la maquetación y temas se parecen mucho unas a otras. Lo que diferencian son las exclusivas.
-Es cierto que en aquellos años las cuatro cabeceras de referencia del corazón (Semana, Lecturas, Diez Minutos y ¡Hola!) tenían una personalidad más definida, un estilo particular cada una. Diez Minutos era más atrevida, en posados, en tratamiento de las noticias. En cada número aparecía El divorcio de la semana, era reflejo de los nuevos tiempos y de situaciones que hasta entonces eran impensables en España y en sus personajes estelares.
-Como lector de Diez Minutos recuerdo algunas entrevistas gastronómicas de José María Íñigo que daban mucha hambre. Fue un pionero en todo este mundo Masterchef.
-Es cierto. Íñigo se adelantó en la promoción de la gastronomía. Sabía incluir en sus entrevistas el placer de la buena comida.
-¿Sin duda es Isabel Preysler la reina del corazón? ¿Es también la más envidiada?
-Más que envidiada, es la más admirada. Las mujeres la observan como un modelo. Es una buena persona, formada, dulce, que cuida cada una de sus palabras. Ella es así: paciente, prudente, brillante.
-¿Se puede usted considerar el descubridor de Bertín Osborne, el hombre de moda en la televisión?
-Es sobrino mío, pero para que yo pareciera más joven decía que era primo. No sabía de él aunque coincidíamos en El Puerto de Santa María. Fuimos hasta Valdelagrana y lo escuché en la discoteca Safos. Cantaba cosas de country y ya entonces era una maravilla ganándose a la gente. Es un señor fuera de serie por simpatía y humanidad.
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