Guillermo y Kate Middleton ya son marido y mujer
Boda Real británica
La ceremonia ha estado marcada por la complicidad de la pareja y la elegancia del traje de la novia.
El príncipe Guillermo y la ahora princesa Catalina se dieron este viernes el "sí, quiero" en una ceremonia sobria celebrada en la abadía de Westminster, en pleno centro de Londres. Dos horas más tarde, ambos se daban el esperado beso en el balcón del palacio de Buckingham, breve pero doble.
Ante 1.900 invitados y con puntualidad británica, la boda transcurrió siguiendo el plan de la casa real. Sólo hubo un imprevisto: al número dos en la línea de sucesión al trono le costó poner el anillo de oro a su novia, pues no le encajaba. Catalina, en cambio, no tuvo ese problema, ya que el príncipe Guillermo había decidido no llevar anillo de compromiso.
A partir de ese momento, Kate se convirtió en su alteza real, duquesa de Cambridge, aunque extraoficialmente se la llame princesa. Los Windsor esperan que el joven y popular matrimonio insufle un soplo de modernidad a la casi milenaria monarquía británica.
Y muestra de ello fue la propia boda, que distó mucho de la pompa con la que los padres del novio, Carlos y Diana, se casaron en 1981. También la elección del templo fue simbólica: la abadía de Westminster es notablemente más pequeña que la catedral de St Paul, que albergó la última boda de un heredero, y la decoración fue muy moderada y natural, más arbórea que floral.
La novia, de 29 años, lució un diseño de Sarah Burton para la casa británica Alexander McQueen, con una cola de dos metros y 70 centímetros, cinco metros más corta que la de Diana. Sobre el vestido llevaba un velo realizado por la Escuela Real de Bordado (RSN) y sujeto por una tiara que le había prestado la reina, Isabel II. Los pendientes, un regalo personal de los padres de la novia, estaban inspirados en el nuevo escudo de armas de los Middleton.
Por su parte, el príncipe Guillermo, de 28 años, llevaba el uniforme escarlata de la Guardia Irlandesa, una banda azul, las "alas" de la Real Fuerza Aérea y la medalla de oro del jubileo. Ambos llegaron a la abadía en coche en lugar de carruaje: el novio a bordo de un Bentley y la novia, de un lujoso Rolls Royce.
La pareja se prometió amarse, honrarse y respetarse, pero eludieron la "obediencia" que marcaba el rito tradicional. Otro signo de modernidad lo marcó la novia al retirarse el velo desde el comienzo de la ceremonia, mientras que el príncipe Guillermo le susurró "estás guapísima".
Sentados en las primeras filas se encontraban la reina Isabel II, vestida de amarillo, el príncipe Felipe, el príncipe Carlos y su esposa Camila. Más atrás atendían los miembros de las casas reales europeas, entre ellos la reina de España, Sofía, y los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia; la reina Margarita II de Dinamarca, los príncipes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda y los suecos Victoria y Daniel.
Y tampoco faltaron famosos como David y Victoria Beckham, que diseñó su propio vestido, el cineasta Guy Ritchie o el cantante Elton John. La llegada de Chelsy Davy fue valorada por los medios británicos como la confirmación de que continúa su relación con el príncipe Harry.
Paseo en carruaje y salida de la recepción en Buckingham en un Aston Martin especial
El príncipe Guillermo y Catalina, ya convertidos en marido y mujer, han abandonado la abadía londinense de Westminster se han dirigido en una carroza descubierta hacia el palacio de Buckingham, donde desde un balcón han saludado a la multitud.
Los recién casados se subieron a una carroza 1902 State Landau tirada por cuatro caballos blancos y acompañada por cocheros y dos jinetes en caballos negros, seguidos de la guardia real montada a caballo. La State Landau es la misma que utilizaron el príncipe Carlos y Diana en el recorrido que hicieron entre la catedral de San Pablo y el palacio el día de su enlace matrimonial, el 29 de julio de 1981.
Los novios realizaron un breve recorrido por las avenidas céntricas de Londres, como Pall Mall y Whitehall, para saludar a las miles de personas que flanquean las calles, hasta llegar al palacio. Una vez allí, han salido a saludar al balcón y se han dado varios besos para sellar su matrimonio. Tras esto, muchos de los invitados acudieron a la recepción en Buckingham donde se ha invitado a una comida fría. El príncipe Guillermo salió tras la misma del palacio de Buckingham junto a su mujer Catalina, duquesa de Cambridge, conduciendo un coche Aston Martin descapotable que llevaba la placa de "recién casados", con otro uniforme, esta vez de color azul, mientras que Catalina saludaba a la gente vestida aún con su traje de novia.
Los duques de Cambridge salieron en el coche hacia Clarence House, residencia oficial del príncipe Carlos de Inglaterra, antes de tomar parte en otra recepción en el palacio de Buckingham. El Aston Martin, famoso por aparecer en las películas de James Bond, llevaba cintas a los costados y globos azules, rojos y blancos, los colores de la bandera británica.Al mismo tiempo que Guillermo conducía el coche, sus compañeros de la Real Fuerza Aérea (RAF) sobrevolaban con un helicóptero amarillo de la unidad de búsqueda y rescate.
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