Guillermo y Catalina regresan a su casa con su bebé, el príncipe de Cambridge

Muy sonrientes, la pareja posa unos minutos para las cámaras llevando en brazos al niño, cuyo nombre no se sabe.

Guillermo y Catalina regresan a su casa con su bebé, el príncipe de Cambridge
Guillermo y Catalina regresan a su casa con su bebé, el príncipe de Cambridge
EFE

23 de julio 2013 - 22:39

Los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, abandonaron este martes el hospital Saint Mary de Londres con su primer hijo, que ocupa el tercer puesto en la línea de sucesión al trono británico con el tratamiento de Su Alteza Real, el príncipe de Cambridge.

La flamante familia dejó el centro hospitalario poco antes de las 20:15 en medio de una gran expectación mediática y los padres hablaron con la prensa antes de dirigirse al palacio de Kensington, donde pasarán al menos sus primeros días. Muy sonrientes, Guillermo y Catalina posaron unos minutos para las cámaras llevando en brazos al bebé, que nació el lunes 22 de julio a las 17:24 en el ala privada del hospital.

Con un ligero y amplio vestido azul, Catalina apareció resplandeciente llevando a su pequeño envuelto en una manta de color claro, para entregárselo posteriormente al príncipe Guillermo, quien también lo acunó. El príncipe, vestido con una camisa del mismo tono azul claro, estaba exultante con su pequeño en brazos. "Tiene un buen par de pulmones, eso está claro", afirmó el orgulloso padre. "Es un niño grande, pesa bastante", añadió Guillermo, en alusión a los 3,8 kilos que registró su primogénito al nacer.

En cuanto al nombre del futuro rey, el hijo del príncipe Carlos y la difunta Diana no desveló el misterio, al afirmar que "aún estamos trabajando en ello". "Es la primera vez que lo vemos, en realidad, así que estamos aprovechando para conocerle", declaró.

Catalina afirmó a su vez que era un momento "muy emotivo" y "especial". "Cualquier padre sabrá lo que se siente", añadió la duquesa, que bajo su vaporoso vestido mostraba los restos de la tripa del embarazo. Tras despedirse de la prensa, que ha estado haciendo guardia durante más de dos semanas, la pareja volvió a entrar en el hospital para recoger la sillita en la que poner al bebé para desplazarse en automóvil al palacio de Kensington.

Pudo verse a Guillermo minutos después colocando al recién nacido en la parte trasera del vehículo, junto a su madre, para después salir conduciendo. Antes de dejar el centro médico, donde hace 31 años nació el propio Guillermo, los duques agradecieron "su tremenda atención y cuidado" al personal del hospital, donde Catalina dio a luz en un parto natural. El pequeño, que debutó ante el mundo con los ojos cerrados y las manitas junto a la cara, es el tercero en la línea de sucesión de la corona tras su abuelo, el príncipe Carlos, y su padre, Guillermo.

Precisamente el príncipe de Gales, acompañado de su esposa Camilla, visitó brevemente en el Saint Mary a su primer nieto, del que dijo que era "maravilloso". Un poco antes se desplazaron a ver a la familia los padres de Catalina, Michael y Carole Middleton, quienes mostraron su entusiasmo con el hijo de su primogénita. "Es absolutamente precioso", declaró la única abuela del pequeño, pues Diana, madre de Guillermo y de su hermano Enrique, falleció en un accidente de automóvil en París en 1997.

Las salvas de más de cien cañones y el repique de campanas celebraron hoy la llegada al mundo del príncipe de Cambridge, que reemplaza al príncipe Enrique en la línea sucesoria. El pequeño es el tercer bisnieto de la reina Isabel II, quien ha afirmado estar "encantada" con la nueva incorporación a la familia, a quien se espera que conozca en breve.

Aunque Guillermo, Catalina y el bebé están ahora en el palacio de Kensington, no se descarta que vayan a pasar unos días a casa de los Middleton en Bucklebury, en el condado de Berkshire. Lo que sí se sabe es que el príncipe se ha tomado quince días de baja de paternidad para estar junto a su esposa y su hijo. El nacimiento del primogénito de los duques de Cambridge llega en uno de los mejores momentos para la monarquía británica, dos años y tres meses después de la boda de Guillermo y Catalina y un año después de que la reina celebrara su Jubileo de Diamantes.

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