Donut en sopa de cebolla o tarta aplastada en el ascensor, el recetario que te faltaba

La Tarta de limón estampada en el plato del chef italiano Massimo Bottura era una receta de alta cocina real. Lo de la Tarta de limón aplastada por dos veces con la puerta del ascensor es un caso real de desastre en el delivery, en la entrega a domicilio, y es una posibilidad de cómo puede recibir el comensal su esperado pedido.

¿Otras 'recetas' de esta lujoso manual de alta cocina? Burrito de ternera tirado por el pasillo, Tiramisú atropellado por el ciclomotor, Rissotto de champiñones silvestres infusionado con capuchino, Abadejo del Atlántico con puré de servilleta, la Tarta de queso deconstruida con las bayas dispersas, Nuggets de pollo marinados con cola y patatas, Bacalao a la francesa sacudido y flotando en una bolsa.

Sólo con imaginar el resultado de esos desastres podemos añadir la cara del cliente al recibir del apresurado rider el menú servido. El libro One-Star Cookbook se convierte en una divertida relación de despropósitos de platos sacudidos por la moto o la bicicleta o maltratados por la celeridad del portador. Es una iniciativa cargada de ironía de la firma Deliveroo en Emiratos Árabes como muestra de lo que no se puede permitir una firma de entrega a domicilio. Sería un libro digno de Pesadilla en la cocina, que acaba de regresar a La Sexta.

La relación del recetario son de casos registrados en la competencia, aseguran los creadores, y que se han replicado para las fotografías como si fueran la creación de un chef. Para ese resultado profesional se ha recurrido a una fotógrafa italiana especializada, Magali Polverino.

La Tarta de cumpleaños rellena de sushi es uno de esos ejemplos de falsas recetas a la que también se le puede sumar a modo de menú de almuerzo la Sopa de cordero harissa marroquí derramada de tres formas, o el Queso pecorino madurado en el atasco con ensalada marchita.

En este recetario de desastres hay una revisión de un conocido plato de español. Una Paella con cubiertos de plástico y perejil, que haría soñar a cualquier valenciano. La antítesis de todo lo expresado en la reciente gala de las Estrellas Michelín.