Doña Letizia aplica paz al debate español de la tortilla con o sin cebolla

"Con o sin cebolla" se ha convertido en un apasionado debate nacional gastronómico. El ingrediente que más divide a los españoles, que siempre parecen dispuestos a una división. Los chefs también se han pronunciado a lo largo de estos años en un conflicto sin visos de solución. Por fortuna en este caso la sangre no llega al río.

Martín Berasategui, el chef español con más estrellas Michelin y maestro indiscutible entre los genios donostiarras, puerta abierta pro Arzak, es partidario de incluir la cebolla a la tortilla, porque le aplica jugosidad. El madrileño Mario Sandoval o el cacereño Toño Pérez, flamante tres estrellas con Atrio, también son partidarios de la aplicación 'cebollil'. Sin embargo el proclamado mejor chef del mundo en los tres últimos años, el madrileño Dabiz Muñoz cree que es un anatema: la tortilla debe ser con huevos y patatas, con buen aceite de oliva extra virgen. Y nada más. Sin cebolla.

El programa de La Sexta El intermedio siempre sabe sacar punta en todo momento. El reportero Isma Juárez aprovechó el paseo protocolario de los Reyes cada año en la inauguración de Fitur para tener alguna declaración. En esos instantes es difícil sacar alguna palabra pero la Reina, sin perder el paso, le pudo responder a ese pregunta de "con o sin" en la tortilla.

Doña Letizia hizo el gesto de la victoria para señalar que a ella le gusta de cualquier forma. "Las dos", respondió sobre la marcha la esposa de Felipe VI. Una respuesta de inclusión y de disfrutar realmente de la gastronomía y de nuestro plato nacional por excelencia. Con o sin cebolla. Y en verdad a la tortilla con patatas le viene bien cualquier otra verdura, lucha por la correcta nutrición de la propia Reina. Su marido en esa visita a Fitur optó por no oír la presunta de Isma Juárez. La Reina ha respondido ya de por sí con la moderación que le corresponde a los comensales que disfrutan de la mesa sin más polémica.

Eso sí, otro asunto es si la tortilla ha de estar ligeramente (o exageradamente) cruda o con el huevo cuajado (o como un ladrillo).