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Charlene se sincera: "Soy una mujer inmensamente feliz"

No cesan los rumores de crisis para el matrimonio de los príncipes de Mónaco. Comentarios que señalan que la luna de miel de la pareja es una pesadilla y que la propia princesa ha desmentido.

Charlene se sincera: "Soy una mujer inmensamente feliz"
Gema Amil

14 de julio 2011 - 01:00

Charlene ha pasado de ser una mujer brillante, afortunada, con las ideas claras y digna sucesora de la princesa Gracia en Mónaco, a ser considerada una especie de víctima, azotada por la prensa internacional y constantemente perseguida por los incesantes rumores de crisis en su recién estrenado matrimonio. Si antes de pasar por el altar estuvo a punto de convertirse en una novia a la fuga, ahora está pasando la peor luna de miel que una mujer puede tener, pues no comparte ni cama con su marido. Comentarios y rumores nacidos en la propia prensa sudafricana, tierra natal de Wittstock, que no han tardado en incendiar internet y correr como la pólvora por todas las redacciones del mundo, y que, ahora, ha desmentido el propio círculo de la pareja.

Michael Wittstock, el padre de la princesa, acaba de ofrecer unas declaraciones a un medio sudafricano en las que ha negado por activa y por pasiva que Mónaco esté ante su primera crisis oficial. Éste ha querido explicar la razón por la que el matrimonio no comparte hotel durante su estancia en Durban, primer destino de su luna de miel. El motivo no es otro que los compromisos profesionales del soberano monegasco. "La sesión del Comité Olímpico Internacional se celebró en el hotel Hilton y comenzaba a las 7 de la mañana. Alberto se quedó allí para no tener problemas con el tráfico", ha dicho. Mientras, Charlene descansaba a 15 kilómetros en una lujosa suite del hotel Oyster Box. Además, Michael Wittstock ha puntualizado que "ninguna de las historias escandalosas que se están contando son ciertas. La prensa sudafricana debería apoyar a Charlene en vez de difundir rumores".

La esposa de Alberto II, por su parte, ha roto su silencio para la revista alemana Bunte, en la que ha confesado que es "una mujer inmensamente feliz". A lo que añade: "ahora soy monegasca, aunque mis raíces estarán siempre en Sudáfrica".

Estos nuevos rumores se suman a los que empezaron días antes del esperado enlace. Entonces, se dijo que la princesa estuvo a punto de huir al enterarse de que su prometido era padre de dos hijos ilegítimas, que vendrían a sumarse a otros dos niños ya reconocidos. A esto se unió el contrato prematrimonial que tuvo que firmar la sudafricana en el que se comprometía a estar casada con el primogénito de Rainiero de Mónaco cinco años y darle un hijo para asegurar la línea de sucesión. Por último, la recién casada no paraba de llorar durante su boda e incluso se dijo que era la novia más triste nunca vista. ¿Estarán Alberto y Charlene bajo la maldición de los Grimaldi?

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