Charlene no piensa volver a Mónaco en dos meses y tiene una justificación

Malestar en el palacio

Mientras crecen las sospechas de un divorcio con el príncipe Alberto, su esposa insiste en que un problema de salud le impide subirse a un avión

La princesa Charlene, esposa de Alberto II de Mónaco.
La princesa Charlene, esposa de Alberto II de Mónaco. / Efe

Las miradas de los reporteros del corazón siguen fijas en la princesa Charlene. La esposa del soberano monegasco sigue convaleciente en su país natal, Sudáfrica, lejos de los compromisos en el principado y sin poder acallar del todo los rumores de una separación en ciernes.

Charlene asegura ahora que no regresará a Europa hasta el mes de octubre por prevención ante su estado de salud tras un proceso infeccioso. Esa convalecencia le impidió a principios de julio estar presente junto a su marido en Mónaco en el décimo aniversario de su boda.

La ex nadadora olímpica, de 43 años, acudió meses atrás al sur del continente africano para distintas labores solidarias. En Sudáfrica contrajo una grave infección en el aparato respiratorio debido a una reciente operación quirúrgica en la nariz. La presión en los oídos en su delicado estado le impide tomar un avión, es la justificación aportada por esta ausencia. Ese percance de salud estaba previsto inicialmente para apenas dos semanas y se ha prolongado en el tiempo por temor a posibles complicaciones. Al menos tiene para dos meses más, ha comentado la princesa en una entrevista radiofónica a un medio sudafricano. “No puedo forzar la curación”, ha insistido Charlene.

Tras su ausencia en el aniversario nupcial se desataron las conjeturas aunque la princesa compartió varios vídeos románticos para mostrar el amor por su marido, agradeciendo el apoyo de sus familiares.

Alberto de Mónaco estuvo en Sudáfrica y regresó al principado con sus hijos, los gemelos Gabriela y Jaime. Las visitas no se han producido posteriormente por las condiciones de la pandemia, se ha informado desde la casa soberana, superando Charlene incluso las acusaciones de fidelidad. Hace un año una brasileña presentó una demanda de paternidad de su hija adolescente. Alberto tiene reconocidos a dos hijos anteriores a su relación matrimonial, Jazmin, que tiene 29 años, y Alexander, de 17, de sendos romances fugaces.

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