Céline Dion y su grave enfermedad extrema ¿hay esperanza para ella?
Un golpe difícil de encajar
La cantante canadiense, que venció en el Festival de Eurovisión por Suiza antes de su gran estrellato internacional, lleva dos años sufriendo el llamado Síndrome de la Persona Rígida
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Hace 36 años que los espectadores descubrían la increíble voz de una cantante 'suiza' que se había estrenado de veinteañera. Una adolescente. No era suiza, sino canadiense y hasta este Festival de Eurovisión dicho país no volvería a contar con una victoria cantada, con Nemo y The Code. Con Eurovisión el mundo descubrió a la canadiense Céline Dion pero en realidad sólo iba a ser cuestión de tiempo. Se convirtió en una gran estrella y la banda sonora de Titanic le llevaría a instalarse definitivamente en el olimpo.
Pero la carrera de Dion, que ya venía jalonada por algunos dramas personales, se interrumpió bruscamente hace dos años, cuando se desveló que padece el llamado Síndrome de la Persona Rígida (SPS), una enfermedad rara por la que va perdiendo progresivamente la movilidad. Su familia está devastada y la artista saca fuerzas de donde no hay para encarar con esperanza la grave dolencia.
La cantante concedía hace unos días un entrevista con la revista Vogue francesa en la que reconocía que ha asumido lo que le sucede y que "tiene que vivir" este desafío vital. "¿Por qué yo? ¿Qué he hecho? ¿Tengo responsabilidad?", se pregunta a cada momento. La medicina tiene pocas respuestas a su extraño síndrome neuronal pero su esperanza terapéutico es trabaja cada músculo. Así está aprendiendo a vivir para tener la posibilidad de regresar. A sus 56 años sólo una recuperación detenida es su única alternativa.
"Estoy esperando que llegue el milagro y hallen una manera de curarla con investigación", se resigna, mientras ha de cuidarse en todo momento. Entiende que cada día puede ser peor que el anterior, pero tendrá la tenacidad de seguir adelante para volver a su vida de siempre. Por voluntad no va a ser, mantiene sus sueños y sus ilusiones, mientras agradece la labor de los sanitarios ante su complicado presente. "Nada me va a detener", declara como un autoestímulo.
La hermana de Célne, Claudette, siempre a su lado, revela que la enfermedad ha noqueado a todos, que la cantante no controla sus músculos, pero está trabajando con insistencia para esperar una solución. Y la luz al final del túnel sería verla de nuevo en un escenario.
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