Carmen Cervera, una década sin el barón
Desde la muerte de su célebre marido, Tita vive en la nostalgia y sintiéndose "muy sola", sobre todo desde la encarnizada batalla mediática que protagoniza junto a su hijo.
Han pasado diez años desde que Carmen Cervera viviera uno de los momentos más amargos y tristes de su vida. El 27 de abril del 2002 perdió la vida Hans Heinrich Thyssen Bornemisza a los 81 años en su residencia de Girona. Allí, junto a él, estaba su esposa. Y lo sigue estando. La baronesa reconoce que una década después no ha llegado a superar la pérdida del que siempre ha considerado su gran amor. Confiesa que vive en "la nostalgia" y "echándolo de menos cada día de su vida". Aún así asegura que la tristeza, con los años, ha dado paso a la alegría. Todo son sonrisas "al recordar las cosas bonitas que pasamos juntos", ha dicho en una entrevista con motivo del décimo aniversario de la muerte del barón. Tita, como la llaman sus allegados, se siente "orgullosa" del trabajo que ha realizado durante todo este tiempo al frente de la colección que heredó de su marido y de haber cumplido los deseos de éste salvándola. Un trabajo nada fácil que teme no sigan sus herederos. Lo que está claro es que ella no pierde el horizonte. Ni sus problemas personales, que no son pocos, han conseguido que la baronesa se salga del camino que lleva a su objetivo.
La compañía de Heinrich en estos tiempos turbios en los que la relación con su hijo Borja está cada vez más deteriorada a cuenta de su matrimonio con Blanca Cuesta, embarazada de su tercer hijo, supondría un refuerzo moral muy importante para la baronesa, que se enfrenta sola al circo mediático que protagoniza en la actualidad junto a su primogénito, con el que ha llegado incluso a los tribunales. El trabajo pero sobre todo el cuidado de sus dos hijas mellizas, Carmen y Sabina, es el impulso que necesita para seguir adelante. "Son monísimas, ya saben el nombre de muchos pintores", comenta la baronesa de sus niñas, que en estos momentos son su gran esperanza. Todo lo que rodea a la vida de Tita Cervera es noticia y ser una de las viudas más ricas de Europa provoca que cada uno de sus pasos se convierta en titular de la prensa rosa. Las desavenencias con su hijo no ayudan demasiado a que su día a día sea más discreto. Ni ella ni su retoño parecen tener problemas a la hora de airear sus trapos sucios ante las incesantes preguntas de la prensa. Carmen Cervera asegura que siempre ha tenido la puerta abierta a una reconciliación, pero la tregua no parece estar demasiado cerca, si tenemos en cuenta que sus diferencias son cada vez más profundas.
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