Jesús Aguirre, de cura a malvado padrastro
Casa de Alba
El segundo marido de Cayetana de Alba vuelve a estar en entredicho, 17 años después de morir, por su mala relación con los hijos de ella.
Han tenido que pasar 17 años para que salga a la luz la verdadera cara de Jesús Aguirre, segundo marido de la duquesa de Alba y, según sus hijos, un "malvado" padrastro. Un cáncer de laringe y una posterior embolia pulmonar acabaron con su vida en 2001 después de pasar 23 años junto a Cayetana de Alba, con quien se casó el 16 de marzo de 1978. Eugenia Martínez de Irujo hizo unas declaraciones el pasado domingo en Planeta Calleja que han acabado de desenmascararle: "Cuando mi madre se casó con Aguirre fue pésimo para nosotros. Era muy culto, pero cero humano. Era muy malo". Y su hermano Cayetano lo ha corroborado: "Por supuesto que ratifico lo que ha dicho mi hermana al cien por cien, no tiene vuelta de hoja. Jesús fue nefasto, una cosa durísima y tremenda para todos". Sus amigos, casi todos intelectuales, le llamaban el Cura Aguirre, aunque ya estuviera secularizado. Ante la aristocracia presumía de haber casado a muchas de las parejas que después formarían parte de los gobiernos de Felipe González, como ministros o asesores. Fue clérigo, inteligente y gran editor. Curiosamente, siempre tuvo cierto resentimiento hacia la aristocracia, que nunca lo consideraron uno de los suyos a pesar de ser durante más de dos décadas duque consorte de Alba.
Hijo de madre soltera y con fama de oportunista, siempre le persiguieron los rumores sobre su presunta homosexualidad. Una vez Cayetana, cuando ya llevaban tiempo casados, quiso atajarlos afirmando, al ser preguntada cómo mantenían un matrimonio feliz: “Haciendo el amor todas las noches”, aseguró, aunque con palabras menos dignas de una aristócrata y Grande de España.
La duquesa, dicen que fascinada por su labia, le antepuso a su faceta como madre. Era viuda y tenía seis hijos de su matrimonio anterior con Luis Martínez de Irujo, que falleció en 1972. Efectivamente, Aguirre entró en la vida de los seis pequeños Alba como una imprevista y violenta tormenta. Mientras los tres mayores (Carlos, Alfonso y Jacobo) pudieron sortearle, pues ya hacían su vida, los tres pequeños tuvieron que sufrirlo porque seguían viviendo en el Palacio de Liria. De ahí el episodio que relató Eugenia a Calleja, cuando ella apenas contaba 11 años: "Me dijo que si seguía viviendo en Liria era porque él quería. Que si le pasaba algo a mi madre, que según él estaba enferma del corazón –cosa que era mentira–, yo sería la culpable. Lloré mucho". A Cayetano intentó meterlo en vereda cuando era un adolescente rebelde: “Jesús llegó después de la muerte de mi padre y me dijo que yo estaba bajo su mando. Y de eso nada”, declaró el conde de Salvatierra en el programa Lazos de sangre.
En el momento de convertirse en duque de Alba, Jesús Aguirre ejercía como director general de Música del Ministerio de Cultura, cargo que desempeñó durante casi tres años. Académico de la RAE, editor en Taurus, comisario de la Expo de Sevilla, gestor del legado del Ducado de Alba o Consejero del Banco Atlántico son solo algunos de los destacados cargos que el madrileño desempeñó a lo largo de su vida. Cayetana de Alba lo defendió hasta después de morir y lo nombró “el gran amor de su vida”. Resulta evidente que su actitud con sus seis hijos no fue precisamente la de un padrastro ejemplar.
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