La antigua fábrica de San Bernardo tiene una fachada poco conocida, sus cubiertas. Así la consideran los técnicos, como una cara más de un imponente edificio en proceso de rehabilitación y que mantendrá la huella de su pasado industrial. Cuando las obras terminen las azoteas serán visitables y se convertirán en un espacio más para exposiciones y eventos culturales.
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