'Una vez más', un retrato "muy personal" de la generación de la crisis

Sevilla/Una vez más supone el debut en la ficción como director de Guillermo Rojas, curtido como productor y con más experiencia en el documental. Es ficción porque Silvia Acosta y Jacinto Bobo, sus protagonistas, son actores. Pero plantea una inquietud "muy personal" que todos ellos han vivido como representantes de esa generación a la que pilló la crisis saliendo del cascarón y que, conforme pasa el tiempo, se replantea cómo el tema laboral les ha ido apartando del camino que habían pensado inicialmente y se cuestiona si han merecido la pena los esfuerzos realizados.

La película fue terminada in extremis para poder estrenarla en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, al que Rojas se encuentra muy unido desde que hace 14 años trabajara en él por primera vez como chófer de los invitados. Era un deseo personal, porque la mayoría del equipo es sevillano (de nacimiento o adopción como el director cordobés). Y porque casi cada secuencia homenajea a la ciudad, mostrando tanto la estampa más típica -que invita a no desdeñar porque esté llena de turistas para no perderse los rincones más bonitos-, pero también la de su día a día.

Cuando Abril (Acosta) vuelve de Londres para el funeral de su abuela, se reencuentra con sus amigos de siempre, entre ellos su ex, Dani (Bobo). Ambos pasan juntos una tarde-noche en la que van al cine Avenida, toman una cerveza, entran en la librería Caótica o simplemente "como en las películas de Woody Allen pasean por la calle y no les pasa nada pero les pasa todo". Ella ha conseguido su sueño de trabajar como arquitecta en el estudio de Norman Foster, pero siente que se ha perdido evolucionar con sus amigas, a punto de casarse o ser madres. Él malvive como cuentacuentos, pero está cerca de su familia y su gente, y disfruta de una ciudad que "invita a vivir relajado". Los dos, en la treintena, se cuestionan el rumbo tomado. ¿Quién no lo hace a los 30, a los 40 o a los 50?

Junto a la ciudad -la película se rodó casi íntegramente en Sevilla en mayo y junio salvo una semana en Londres-, la otra gran protagonista es la música. Además de una banda sonora clásica, a cargo de Pablo Cervantes, la cinta está jalonada de temas de grupos sevillanos como Maga, The Milkyway Express, All La Glory o Dani Llamas que forman parte de la playlist personal del director. Las letras también cuentan el momento vital que están viviendo los personajes, un recurso en el que Rojas reconoce haberse fijado en Notting Hill, y defiende que aparezcan enteras. "Tenía claro que no quería las canciones como meros separadores de secuencias sino que se tienen que disfrutar enteras", explica. Incluidos los temas originales que cantan en la pantalla la coproductora Laura Hojman o el propio Jacinto Bobo, con una guitarra prestada a orillas del río Guadalquivir en la que recita sus taras e imperfecciones de tío normal que no se atrevió a seguir a Abril a Londres y sigue su vida en la distancia vía Facebook.

Junto a la música y la ciudad, la química entre los protagonistas es también crucial, ya que comparten prácticamente todas las secuencias, en la mayoría los dos solos. A diferencia del resto del equipo, Silvia Acosta y Jacinto Bobo no se conocían entre sí y como admite la actriz es un trabajo en el que ambos se muestran "muy desnuditos" emocionalmente. Quienes fueron pareja durante cinco años, se reencuentran después de casi el mismo tiempo separados desde que ella se fue a Londres y como dice el tema que canta Hojman en la película, la suya es una historia con final abierto. "Las reglas no están claras" en su relación, describe el actor, lo que obliga a "medir el acercamiento" que se produce entre ellos. Para Acosta, ayudó a lograr transmitir eso la manera de trabajar "con cierta tranquilidad, dándole importancia a los silencios, la mirada". También que las partes más intensas, en las que parece que va a pasar lo inevitable pero no acaba de ser el momento, se rodaran al final.