No encogerse ante nadie

Directora, docente, estudiosa del cine documental y poeta (Prefiro condenarme es precisamente el título de uno de sus libros), Margarita Ledo regresa al SEFF después de presentar aquí Nación en 2020, un ensayo de no-ficción que ya ponía el acento en las mujeres trabajadoras gallegas y la denuncia de sus condiciones de vida durante el Franquismo. De nuevo se trata de la reconstrucción de un caso y un personaje real, Sagrario Ribela Fra, una mariscadora de Ferrol que consiguió ganar un juicio por adulterio en 1972 en el Tribunal Eclesiástico de Compostela después de una vida de penurias, trabajo duro, abandono familiar y maltrato en el que se encarnan tantas otras historias de mujeres de su generación y condición obrera.

Ledo vuelve a desplegar una mirada heterodoxa, fragmentaria e híbrida a un relato de resonancias míticas que aprovecha el material de archivo, reconstruye episodios y tableaux, convoca la palabra de Sagrario e integra una perfomance poético-musical que reivindica a las mujeres como cuerpos emancipados y deseantes en el gran escenario histórico y cultural del patriarcado.

Prefiro condenarme entrelaza sus discursos buscando trascender lo personal y lo local para reforzar el gesto siempre insumiso y combativo de su protagonista, su destino trágico plagado de percances y contratiempos, en un canto a la resiliencia femenina y al paso del testigo a esas mujeres del presente cuyos derechos fueron conquistados a golpes y en tribunales muchos años atrás.

Una gran imagen de Un verano con Mónica o el cartel de Nubes pasajeras nos recuerdan el espíritu emancipador y proletario que atraviesa y rige un filme tan político y feminista en su fondo como libre y reflexivo en sus formas.