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Un hombre y el cosmos
Sevilla/Álex de la Iglesia lleva ya más de tres décadas desarrollando una de las trayectorias más heterodoxas, atrevidas, incluso gamberras, de la cinematografía española. En este tiempo, el cineasta vasco ha sido capaz de definir una voz inimitable, que ha cautivado a miles de espectadores, que siguen con entusiasmo su prolífica carrera. Desde que sorprendiera con su corto Mirindas Asesinas, que propició que la productora de Pedro Almodóvar, El Deseo, financiara su primer largometraje, la futurista y delirante Acción Mutante, De la Iglesia ha filmado y firmado 17 películas, series de televisión, anuncios publicitarios y otras propuestas audiovisuales, algunas de ellas inclasificables. Combinando, en la mayoría de ellas, el terror, el gore por momentos, la fantasía, el retrato social o la comedia, para crear un sello propio que lo define. Pocos cineastas tan avalados en el panorama cinematográfico español como para compartir sus experiencias en Voces Esenciales, dentro del Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Tras la introducción del crítico y escritor Fran G. Matute, De la Iglesia ha comenzado su intervención reconociendo que “no me siento esencial, de hecho considero que todos somos prescindibles en la cinematografía de nuestro país”, aunque sí ha reconocido que “en la actualidad ocupo un espacio propio, lo que me permite seguir dirigiendo y produciendo películas y series de televisión”. En referencia a sus inicios, el cineasta vasco ha ironizado señalando que “fueron el odio, los celos y la envidia los motores que me impulsaron a ser cineasta, sobre todo cuando mi amigo Enrique Urbizu comenzó a rodar una película”. Hasta entonces, De la Iglesia se involucró en el mundo de los fanzines y del cómic, “estuve a punto de publicar en el Víbora”, y no ha dudado en reconocer que “si se ganara más dinero y tuviera más talento, me habría dedicado a los tebeos, y no al cine”. De ese pasado, persiste “que sigo utilizando los dibujos en los guiones, y no esas aplicaciones que ya usa todo el mundo”.
En cuando a su faceta de productor (Pokeepsie Films, junto a Carolina Bang), De la Iglesia ha señalado “que ahora tengo la capacidad de llevar a cabo proyectos que me interesan, gracias a la posición que ocupo”. Ya ha producido 15 títulos y trabaja en otros 30, entre los que se encuentran su nuevo proyecto, El cuarto pasajero, la nueva película de Jaume Balagueró, Venus, las nuevas temporadas de la serie que él mismo dirige, 30 monedas, o La piedad, de Eduardo Casanova, presente en el Festival de Cine de Sevilla. Preguntado por su insistencia a la hora de trabajar con el mismo equipo, el realizador bilbaíno ha señalado que “tiene mucho de vagancia, de comodidad, ya que el rodaje de una película no deja de ser una cascada de problemas y cuento con gente que los van resolviendo según van apareciendo. Están tan implicados en mis proyectos, que si les digo hay que tirarse por una ventana, me preguntan si por la de la izquierda o por la de la derecha”, ha bromeado el director. A propósito de sus referencias, De la Iglesia ha indicado que “somos lo que tenemos delante, que son personas reales, el señor que me encuentro en el ascensor, la vecina del cuarto o el espantoso cuadro del portal, que he visto un millón de veces, pero también las diferentes pantallas que contemplamos, y en esas han aparecido Paco Martínez Soria, Lina Morgan, Brian de Palma o Hitchcock”. Sobre este último, ha señalado que siente fascinación “por su década prodigiosa, las películas que rodó en los 50 y 60, como Vértigo o La ventana indiscreta”. Al igual que no ha ocultado su atracción por Federico Fellini, John Ford o Sidney Lumet, “que nunca hizo una película extraordinaria, pero todas eran muy buenas”. Ahondando en sus referencias, Alex de la Iglesia ha manifestado su pasión por el cine de los 80 y 90, “ET, Encuentros en la Tercera Fase, Alien, Blade Runner, Los Goonies… parecía que nunca se iban a acabar las buenas películas, pero se acabaron, para empezar a imitar a todas esas películas”.
No ha dudado el realizador vasco en defender el “cine como un entretenimiento, donde suceden muchas cosas, ya que no me gustan las películas a las que se les ven las ruedas, porque si te da tiempo a analizarlas es porque te estás aburriendo”. Con respecto al llamado cine de Arte y Ensayo, ha comentado que apenas le interesa, y que “con el tiempo me he dado cuenta de que las películas se las inventan los críticos, empiezan a encontrar tal o cual mensaje o símbolo, porque se aburren mientras las ven”. El paso de Álex de la Iglesia en Voces Esenciales ha finalizado con preguntas del público. Buena parte de ellos aspirantes a cineastas, que le han planteado cuestiones al director de El día de la bestia relativas a su implicación con los actores, el uso de los efectos especiales o a la necesidad de establecerse en Madrid para poder tener opciones en el mundo del cine. Un encuentro vibrante, repleto de humor, ironía y claridad, el que ha mantenido Álex de la Iglesia con el público que ha abarrotado el patio del CICUS.
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