Después de dos años sin pasear por las calles del Real, la Feria vuelve a resurgir para traernos una de las semanas más mágicas del año. La estructura de la portada ya está prácticamente terminada, a falta de las cubiertas. Las lonas ya están recubriendo los esqueletos de las casetas y las calles, que dentro de dos meses estarán cubiertas de albero, van tomando su forma.
La vuelta de la Feria no es solo el regreso de una festividad, es la celebración de la alegría, de nuestra gente, de nuestra cultura. Pero especialmente, este año, es la celebración de la vida, porque simboliza el paso de sobrevivir a vivir de nuevo.