Camareros preparan raciones de jamón en una caseta.
Camareros preparan raciones de jamón en una caseta.
Sarah Rou

04 de mayo 2019 - 09:10

Sevilla tiene un color especial, y más aún durante los días de la Feria de Abril. Durante esta semana, la capital andaluza se llena de lunares, flamenco, encuentros, rebujito, alegría y mucha comida. La gastronomía es uno de los protagonistas en el Real de la Feria, ya que entre baile y baile siempre hay tiempo para una tapita o una copita de manzanilla.

Respecto a la comida, no existe una guía básica a seguir, porque depende de la hora en la que se pisa el Real. La Feria de Abril de Sevilla se inicia con la noche del pescaito. Se trata de la cena previa al comienzo de la fiesta, junto antes del alumbrado. En esta cena, reina el pescaito frito: chocos, pijotas, cazón en adobo, chipirones, puntillitas o boquerones son algunas de las especialidades. También hay cabida para otras estrellas como los calamares, los salmonetes, los langostinos y las gambas.

Ya inmersos en los días de Feria, es propio comenzar con un picoteo con aceitunas o almendras fritas. En este caso el jamón serrano y los quesos son los preferidos por los feriantes. El jamón ibérico es el manjar más apreciado de la Feria y uno de los alimentos de mayor consumo de estos días, junto al queso y el langostino de Sanlúcar. Para acompañar los aperitivos, hay quienes empiezan con una cerveza bien fría para aliviar el calor y los hay que optan por el fino, manzanilla o el clásico rebujito.

Jinete y amazona compartiendo una jarra de rebujito por el Real de la Feria de abril.
Jinete y amazona compartiendo una jarra de rebujito por el Real de la Feria de abril.

El fino y la manzanilla son dos vinos que pertenecen a la denominación de Origen Jerez-Xerez-Sherry y son originarios de la provincia de Cádiz: la manzanilla, que sólo se cría en las bodegas de Sanlúcar de Barrameda, y el fino, en Jerez. El rebujito, que es la bebida estrella en la Feria, es una mezcla de manzanilla con refresco gaseoso y mucho hielo.

La Feria de Abril de Sevilla es símbolo de la gastronomía andaluza servida en tapas y raciones. Algunos platos son el gazpacho o el salmorejo; la tortilla de patatas; croquetas; cazuelitas con guisos del día como rabo de toro, carrillada ibérica, arroz con carne, garbanzos con espinacas o con bacalao. Los mariscos y el pescaito frito también son muy típicos en estos días.

Para los feriantes que van de caseta en caseta y tienen prisa, la solución suele ser los pinchitos de pollo o cerdo y los montaditos (el serranito es un clásico). Por la noche se continua con revueltos, mariscos, carnes a la plancha y platos contundentes acompañados del vino o rebujito. Los más golosos eligen como postre el gofre, los churros con chocolate o los buñuelos.

‘Pescaíto’ frito en las noches de verano
‘Pescaíto’ frito en las noches de verano / M. G.

La Feria de Abril es una fiesta constate durante todo el día, por eso más tarde, son muchos los que pasan del vino a las copas. Existe una sana costumbre en el Real, bien conocida por los sevillanos, que consiste en reponer fuerzas en la noche con un caldo contundente con hierbabuena. Cuando llega la hora de recogerse e ir a casa, hay quienes en su última parada, se pasan por las churrerías que están fuera del Recinto Ferial para tomar churros con chocolate.

En la Feria se canta y se baila, pero sobretodo, se come y se bebe. Se trata de una celebración en la que la gastronomía cobra una relevancia más que significativa, convirtiéndose en uno de los mayores atractivos tanto para los autóctonos como, sobre todo, para los turistas. Durante los días de Feria, el Real se convierte en el lugar perfecto para degustar los platos más típicos de la gastronomía andaluza, regados siempre con un buen vino.

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