Jinete y amazona compartiendo una jarra de rebujito por el Real de la Feria de abril.
Jinete y amazona compartiendo una jarra de rebujito por el Real de la Feria de abril.
N. N.

04 de mayo 2019 - 09:10

El recinto de la Feria de abril de Sevilla se ha llenado de farolillos, coloridas casetas y una portada espectacular para celebrar esta gran fiesta. Llega una de esas semanas que, en la capital andaluza, brillan más que cualquier otra.

Apenas faltan días para que los elaborados vestidos de flamenca se paseen ondeantes por el albero del Real de la Feria, y es que toda festividad trae consigo sus costumbres, ya sea de vestimenta o de gastronomía. Por ello, al menos durante estos siete días, los sevillanos dejarán de lado su caña de cerveza para sustituirlo por la tradicional jarra de rebujito.

Mujeres vestidas de flamenca en un coche de caballos, bebiendo rebujito.
Mujeres vestidas de flamenca en un coche de caballos, bebiendo rebujito.

Esta bebida, una mezcla refrescante a base de manzanilla o fino y refresco de lima-limón (generalmente Sprite o Seven-Up), se sirve en jarras bien cargadas de hielo de un litro aproximadamente y se reparte, o bien en catavinos, o en pequeños vasos de plástico. Está pensada para ser compartida, y el precio medio de una jarra se encuentra en torno a los 8-9 euros, dependiendo de la caseta. Debido a su precio, el protocolo no escrito dice que cada jarra debe ser pedida por una persona distinta.

Hay que tener cuidado con el rebujito, ya que, por lo general, está catalogado de "muy traicionero". Generalmente, durante esta semana suele hacer calor, y el sabor fresco y dulce del rebujito induce a beber sin prestar atención a los efectos que el alcohol produce. Se recomienda beber con moderación, e hidratarse con agua frecuentemente.

Sin embargo, ya lo dice la sevillana, "El vino, qué tiene el vino, que alegra las penas mías". Y es que hay quien prefiere beber fino o manzanilla en solitario, deleitándose del auténtico sabor de este vino. En estos casos, la botella se sirve dentro de una cubitera de hielo y agua, para que la bebida siempre se mantenga fría.

Ni falta hace mencionar que, si traicionero es el rebujito, beber manzanilla en solitario no se queda atrás. No obstante, debido a su sabor intensamente más fuerte, es más fácil caer en la cuenta de que el alcohol está haciendo mella.

Un jinete sirviendo manzanilla a una 'gitana'.
Un jinete sirviendo manzanilla a una 'gitana'.

Bien es cierto que beber rebujito o manzanilla/fino acostumbra a depender del tiempo, ya que es más usual tomar la mezcla si el calor es intenso, mientras que si las temperaturas son más suaves, puede apetecer más un catavino con manzanilla o fino, dependiendo del gusto.

¿Cuál es la diferencia entre la manzanilla y el fino?

Y es que, aunque divergen de forma muy sutil, no es lo mismo tomar manzanilla que fino. La variedad de la uva, la Palomino, es la misma en la elaboración de ambos vinos, es el lugar en el que crece la uva lo que marca la mayor diferencia.

La manzanilla es de Sanlúcar de Barrameda, y para los sanluqueños no hay nada mejor como su peculiar vino. Ocurre que, debido al enclave en el que se encuentra este rincón gaditano, cerca del Guadalquivir y del mar, se suaviza el sabor ligeramente salino de esta uva, y la dota de toques dorados a la vista.

El fino, por su parte, es de Jerez, y su sabor se presupone algo más fuerte y seco, aunque la diferencia es casi mínima. Es por ello que se podría decir que la diferencia principal reside en cuestiones culturales y de identidad.

Entonces, ¿qué hay de la cerveza?

Por supuesto, y por mucho que en la Feria de abril se estile el rebujito y el vino gaditano, la cerveza no desaparece. Los hay tan fieles a la Cruzcampo, que ni durante esta semana son capaces de dar su brazo a torcer.

Todas las casetas del Real están debidamente equipadas con sus barriles y sus botellines de cerveza, y la tirada no es mucho menor que de costumbre.

Para gustos, los colores. Lo importante es disfrutar de esta Feria de abril de Sevilla que, este año, ha puesto los pies en mayo, pero viene con la misma alegría y con las mismas ganas de bailar por sevillanas.

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