Cordobés y prohijado por Sevilla
Reyes de la Maestranza. Manolete.
Desde sus novilladas en plena Guerra Civil, Sevilla lo adoptó como a un hijo muy predilecto. Se anunció en cinco Ferias y siempre como base principalísima de unos carteles en los que iba al copo.
MANUEL Rodríguez, el inmenso Manolete, el Monstruo o Cuarto Califa, protagoniza el arranque de una serie en las que vamos a contar las Ferias de seis toreros que fueron en su día pilares de la gran fiesta sevillana. Pepe Luis, Rafael Ortega, Antonio Ordóñez, El Cordobés y Paquirri completarán este serial que hoy comienza y que finalizará el domingo.
Manolete, que había tomado la alternativa en Sevilla no más haber terminado la Guerra Civil, estuvo anunciado en cinco ferias para matar un total de dieciséis corridas de toros. Además mató cuatro corridas fuera de Feria tras haber hecho el paseo en dos novilladas en plena barbarie incivil. Por lo tanto, Manuel Rodríguez actuó en Sevilla en veintidós ocasiones con un balance de diecisiete orejas cortadas.
De novillero ya conquistó a la afición de Sevilla, por lo que cuando estalló la paz fue investido como matador de toros en su plaza. Fue apadrinado por Chicuelo en presencia de Rafael Vega de los Reyes Gitanillo de Triana. Aquella tarde triunfaron clamorosamente los tres, pero la palma se la llevó Chicuelo cortándole el rabo a un bravo toro de Tassara. Curiosamente, comoquiera que el toro de la alternativa tenía un nombre tan políticamente incorrecto como el de Comunista, sobre la marcha fue rebautizado como Mirador.
El torero de la posguerra iba a ser Manolete. Fue tanto el predicamento del gran torero cordobés que iba a contribuir de forma decisiva en paliar la depresión que causaría una posguerra que sería una de las más crueles y largas que registra la historia. Y entre las grandes distracciones, las corridas de Feria de Sevilla, apareciendo Manuel ya en las tres tardes del ciclo de 1940. La cosa no daba para más y sólo hubo tres corridas que se repartieron cinco toreros.
Sólo Manolete estuvo en los tres festejos, y en dos Domingo Ortega, Pascual Márquez y Juanito Belmonte. Su primera tarde de Feria de Sevilla le supuso el primer triunfo, cortándole la oreja a un toro de Tassara el 18 de abril. El 19 se estrelló contra un encierro de Villamarta y volvió a triunfar el día 20 en la corrida de Miura que sería la primera del ciclo ininterrumpido que ha llegado a nuestros días. Un ciclo que comenzó en esa temporada del debut de don Eduardo Miura Fernández al frente de dicho hierro.
En 1941 continúa la penuria y se repite el escaso número de tres festejos para la Feria. Nuevamente, Manolete está en los tres, pero no es el único que copa la Feria. Ya es matador de toros Pepe Luis Vázquez y como ídolo de Sevilla comparte cartel con el cordobés las tres tardes. En la primera triunfan los dos en presencia de Juanito Belmonte con una corrida de Urquijo, al día siguiente le mojan la oreja Pepe Bienvenida y un gran Pepe Luis con la de Miura y en la tarde última, la del 20 de abril, se produce el extraordinario suceso de la faena más grande del Califa en Sevilla.
Es una corrida de ocho toros del Marqués de Villamarta y con Manolete torean Pepe Bienvenida, Juanito Belmonte y Pepe Luis. La corrida no sale buena y cuando salta al albero el séptimo de la tarde, el pesimismo continúa. Nadie da un duro por el triunfo, pero Manolete no estaba dispuesto a dejar el cetro del toreo. El baño que le había dado Pepe Luis en la de Miura fue el acicate para que el Monstruo clavase los pies en el albero para un trasteo que tuvo en la emoción su mayor componente. Le cortó el rabo al complicado villamarta y se proclamó otra vez triunfador de la Feria de Sevilla.
En 1942 se aumenta a cuatro el número de festejos y en los cuatro están Manolete y Pepe Luis, erigidos ya en rivales que han dividido a la afición de parecida manera a como estaba de dividida en los tiempos de José y de Juan. Pero las expectativas no se cumplen, Manolete ha perdido mucho sitio y Pepe Luis no se entiende con lo que sale por chiqueros. Sólo Manuel Álvarez Andaluz toca pelo y todo es un fracaso en el que también participa el inefable Rafael Gallito.
Manolete sufre un bajón tan acusado que no se anuncia en la Feria de 1943. En 1944 ya son cinco las corridas de Feria y Manuel hace el paseo en dos. Corta dos orejas a sendos toros de Antonio Pérez y de Montalvo en compañía del Estudiante y de Pepe Luis; y se va de vacío en la de Tassara junto a Pepe Luis y El Andaluz.
La rivalidad con Pepe Luis ha disminuido y ahora es Carlos Arruza el rival a batir. La Feria de 1945 será la última de Manuel y en ella sale triunfador clamoroso con corte de orejas las cuatro tardes. Tassara, Núñez, Miura y Curro Chica son las ganaderías desorejadas y su duelo con Arruza es trepidante, pero en la tarde del 19 de abril, con un toro de Núñez entra en la pelea un torero de Sevilla llamado Pepín Martín Vázquez, casi nada.
Esa fue la trayectoria de Manolete en la Feria. Muchísimas más luces que aquellas sombras del 42. Su última tarde en Sevilla fue el 21 de abril de 1945 con toros de Curro Chica para Álvaro Domecq, Fermín Rivera, él y Pepe Luis. Ya no vino más, Islero se cruzó en su camino la tarde negra de Linares y Sevilla jamás lo olvidó.
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