Los vascos ya no votan bajo presión
La campaña se pone en marcha con la lucha antiterrorista desterrada por el combate contra la crisis y con los partidos nacionalistas confiados en barrer a los autonomistas
La campaña para las elecciones vascas, las primeras sin la amenaza de ETA, arrancó esta pasada medianoche con la necesidad de afrontar la crisis como prioridad de los partidos, pero también con la posibilidad de que un triunfo nacionalista acentúe las reivindicaciones soberanistas.
Casi 1.800.000 vascos elegirán el próximo día 21 a los 75 parlamentarios que compondrán la Cámara de Vitoria en la décima legislatura que, según las encuestas publicadas hasta ahora, podría ser la más nacionalista de la historia.
La otra gran novedad de estos comicios es el regreso de la izquierda abertzale, integrada en la coalición EH Bildu junto a Aralar, Eusko Alkartasuna y Alternatiba, después de tres años y medio fuera del Parlamento tras la ilegalización de las marcas de la antigua Batasuna en las elecciones vascas de 2009.
Esta coalición, encabezada por la escritora y profesora Laura Mintegi, con un perfil desconocido para la mayoría de los vascos y sin el tirón de Arnaldo Otegi, podría convertirse, según los sondeos, en la segunda fuerza política del Parlamento, por detrás del PNV.
El partido que lidera Íñigo Urkullu, afronta por su parte la campaña con el claro objetivo de recuperar la Presidencia del Gobierno Vasco y hacer de esta legislatura dirigida por el socialista Patxi López un paréntesis, después de haber ejercido el poder en Euskadi durante los últimos 30 años.
El Partido Socialista de Euskadi tratará a su vez de hacer valer la gestión desarrollada por el lehendakari, Patxi López, en materia de convivencia y sus políticas en contra de los recortes del Gobierno de Mariano Rajoy.
Precisamente, sus críticas a esos recortes llevaron al PP vasco a poner fin el pasado mes de mayo a tres años de acuerdo para sustentar el Ejecutivo de Vitoria.
El PP, por su parte, centrará la campaña en advertir de los peligros del independentismo, además de defender la necesidad de los recortes que se están aplicando en el conjunto de España.
Otra de las consecuencias de la irrupción de la izquierda abertzale podría ser la simplificación del próximo Parlamento vasco, que podría estar compuesto únicamente por cuatro grupos, algo inédito hasta la fecha.
Esto significaría la desaparición del arco parlamentario de UPyD y de Ezker Batua-Berdeak, cuyo único representante en la Cámara, Mikel Arana, se presenta a los comicios al frente de Ezker Anitza, el partido escindido de EB.
Tras los actos de arranque de campaña de anoche, los partidos redoblarán esfuerzos para hacer llegar a los ciudadanos sus propuestas en materia económica y de lucha contra el paro, uno de los principales problemas de la sociedad vasca que ya afecta a más de 164.000 personas.
Sin embargo, también se ha colado con fuerza en la precampaña electoral el debate sobre el futuro marco político vasco, a raíz de los pronunciamientos sociales y políticos en Cataluña a favor de la independencia.
Los partidos vascos tienen posiciones muy diversas al respecto, desde la apuesta claramente independentista de EH Bildu, a la propuesta de UPyD de devolver al Estado competencias o suprimir las diputaciones forales.
En medio se sitúa la iniciativa de lograr un "nuevo estatus político" que quiere el PNV para 2015, el mayor nivel de autogobierno al que aspira el PSE o el mantenimiento del actual marco estatutario que pide el PP.
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