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El arma usada para asesinar a Uría no es la que se usó para matar a Isaías Carrasco

La Policía busca a los dos etarras autores del tiroteo y a un tercero que vigiló al propietario del coche robado en el que se desplazaron

El arma usada para asesinar a Uría no es la que se usó para matar a Isaías Carrasco
Agencias

03 de diciembre 2008 - 18:38

Los informes de balística de la pistola utilizada por los terroristas para matar a Uría han desvelado no es la misma que la empleada en el asesinato del ex concejal socialista de la localidad guipuzcoana de Arrasate Isaías Carrasco el pasado 7 de marzo.

Fuentes de la lucha antiterrorista han asegurado que, tras el análisis de los tres casquillos encontrados en el aparcamiento de Azpeitia, donde fue tiroteado el empresario, se concluye que no fueron disparados por el mismo arma.

Los tres casquillos son también de la marca 9 milímetros Parabéllum, la misma munición utilizada en el atentado de Arrasate, donde se encontraron cinco proyectiles de este mismo modelo.

El "modus operandi" de ambos asesinatos fue muy similar: un pistolero fue el encargado de tirotear a las víctimas, ninguna de ellas llevaba escolta, tenían costumbres rutinarias y los dos atentados se produjeron en torno a la una de la tarde y cerca de los domicilios de las víctimas.

En el caso de Ignacio Uría, la acción terrorista tuvo lugar cuando el empresario, de 71 años, había estacionado su coche en el aparcamiento situado junto al restaurante Kiruri, adonde acudía habitualmente a jugar una partida de cartas antes de ir a comer a su casa.

Uno de los dos terroristas que le esperaban en este lugar se bajó de un coche y le disparó tres tiros, dos de los cuales le impactaron en la cabeza y en el pecho.

No obstante, según El Mundo, un tercer etarra podría haber participado en la acción, vigilando al propietario del vehículo robado en el Alto de Itzia.

La Ertaintza está reforzando los controles en los alrededores de Azpeitia con el objetivo de localizar a los asesinos, que escaparon en un Alfa Romeo robado previamente.

Zapatero e Ibarretxe pasarán por la capilla ardiente

La capilla ardiente con los restos mortales del empresario Inaxio Uría ha quedado abierta a las 09:00 horas de este jueves en el tanatorio de la localidad guipuzcoana de Azpeitia, donde fue asesinado por ETA.

El velatorio está abierto sólo para la familia y allegados del fallecido, quienes recibirán a las autoridades que se desplacen a Azpeitia. Está previsto que pasen por la capilla el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el lehendakari, Juan José Ibarretxe.

A partir de las 19:15 horas, se permitirá el paso al público.

Finalizada la autopsia de Uría, que se le practicó en el Instituto de Medicina Legal de San Sebastián, el cuerpo del empresario asesinado fue trasladado a Azpeitia.

La capilla ardiente permanecerá abierta hasta el viernes por la tarde, cuando el obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, oficiará los funereles.

Lo mataron mientras acudía a jugar a las cartas

ETA asesinó el miércoles en la localidad guipuzcoana a Ignacio Uría, propietario de la Altuna y Uría, una de las empresas concesionarias del Tren de Alta Velocidad vasco (TAV) que ya había sido señalada e incluso atacada por ETA con anterioridad. Uría, de 71 años, recibió dos disparos a bocajarro, uno en la frente y otro en el pecho, cuando se dirigía desde su empresa al restaurante al que acudía todos los días a jugar a las cartas.

Dos semanas después de que cayera en Francia su jefe militar, Mikel Garikoitz Azpiazu, alias 'Txeroki', ETA ha respondido de forma contundente golpeando el que ya señaló en sus últimos comunicados como uno de sus objetivos prioritarios: el AVE vasco. Fue pocos minutos después de las 13:00: dos etarras, a bordo de un Alfa Romeo robado a punta de pistola esta misma mañana en el municipio de Deba interceptaron a Uría cerca de la sede de su empresa, en la plaza Loyola de Asperitia. Como de costumbre el constructor iba, con unos amigos, a tomar un café al restaurante Kiriru.

Uno de los etarras, encapuchado, salió del coche y le asestó dos disparos a bocajarro en la cara y el pecho que le dejaron gravemente herido en el suelo y que a la postre serían mortales. Inmediatamente después los dos etarras huyeron en dirección a Zumárraga. El empresario, casado y con cinco hijos, fue atendido por efectivos sanitarios de las ambulancias medicalizadas de la Ertzaintza por espacio de una hora sin que pudieran hacer nada para salvar su vida. Apenas tres horas después del atentado, agentes de la Ertzaintza encontraron ardiendo el Alfa Romeo utilizado por los etarras en el Alto de Itziar, cerca de donde minutos antes había apareció maniatado el dueño del vehículo robado.

A pesar de que su empresa, al ser una de las de las adjudicatarias del TAV, había sido señalada por anterioridad por el entorno etarra e incluso ya había sido atacada el año pasado, Uría no llevaba escolta y repetía diariamente el mismo trayecto. De hecho, los propietarios del restaurante señalaron que el empresario acudía varias veces al día al establecimiento y que no llevaba escolta y aseguran que nunca les trasladó su temor o inquietud por la posibilidad de que fuera objeto de un atentado. Precisamente, fueron los trabajadores del restaurante los que avisaron a la mujer de Ignacio Uría de que "algo le había pasado" y de que llamara a sus hijos para que acudieran al lugar donde el empresario fue tiroteado.

La capilla ardiente será establecida en la mañana del jueves en la misma localidad de Azpeitia, en el tanatorio Carmona. Por su parte, el funeral se llevará a cabo el viernes a las 19:30, en la parroquia de San Sebastián de Soreasu de Azpeitia, y será oficiada por el obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, según fuentes de la diócesis.

Campaña contra el TAV

La empresa Altuna y Uría fue saboteada ya el pasado 16 de marzo de 2007 cuando varios de sus camiones aparecieron con las ruedas pinchadas, los tubos de escape tapados y pintadas en contra del AVE vasco.

Últimamente, el blanco de las acciones de ETA contra el TAV había sido la constructora Amenabar, que vio cómo el pasado 1 de junio hizo explosión un artefacto frente a la sede de la compañía, en la localidad guipuzcoana de Zarautz, provocando heridas de carácter leve a dos agentes de la Ertzaintza y a otra persona más. Además, la empresa ya había sufrido un ataque de ETA el 12 de mayo contra dos de sus excavadoras, que se encontraban estacionadas en el barrio Santa Bárbara de la localidad de Hernani.

En agosto de este año, ETA reivindicó en un comunicado enviado a Gara estas tres acciones violentas y amenazó directamente a las empresas adjudicatarias de las obras del TAV, a las que considera sometidas a "intereses ajenos a Euskal Herria" y acusa de "enterrar en cemento" el proyecto independentista.

41 empresarios asesinados

Con la muerte de Uría, ya son 41 los empresarios asesinados con ETA. El último empresario víctima de la banda fue el por entonces presidente de la patronal guipuzcoana, José María Korta, al que ETA mató con un coche bomba el 8 de agosto de 2000. Antes de la muerte de Korta, Francisco Arratibel recibió un tiro en la cabeza en Tolosa (Guipúzcoa) en febrero de 1997, cuando salía del restaurante en el que comía todos los días.

El constructor es la octava víctima mortal de ETA desde que el 30 de diciembre de 2006 la banda rompiera de facto la tregua con el atentado en la T-4 de Barajas, en el que murieron los ciudadanos ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, y la cuarta víctima en lo que va de año. Hasta ahora, la última víctima mortal de la barbarie terrorista era el brigada del Ejército Luis Conde de la Cruz, que murió el pasado 22 de septiembre en el atentado de Santoña (Cantabria). Anteriormente, ETA mató al agente de la Guardia Civil Juan Manuel Piñuel, asesinado el 14 de mayo al explotar una furgoneta bomba en el cuartel de la Guardia Civil de Legutiano (Álava).

Dos días antes de las elecciones generales, el 7 de marzo, ETA asesinó al ex concejal socialista de Mondragón (Guipúzcoa) Isaías Carrasco. El 1 de diciembre del pasado año, tres terroristas dispararon y acabaron con la vida de los agentes de la Guardia Civil Raúl Centeno y Fernando Trapero a la salida de una cafetería en Capbretón, Francia.

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