Una vicepresidenta contra el cambio climático
Teresa Ribera | Vicepresidenta de Transición Ecológica
Su designación concederá al medio ambiente un protagonismo similar a otras áreas, como economía, política y asuntos sociales.
Teresa Ribera (Madrid, 1969) será la tercera mujer en ocupar un puesto como vicepresidenta en el nuevo Ejecutivo de coalición de Pedro Sánchez, desde el que concederá al medio ambiente un protagonismo similar a otras áreas, como economía, política y asuntos sociales.
Como responsable de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Ribera no perderá de vista el desafío inminente de aprobar una Ley de Cambio Climático y Transición Justa, un año después de la tramitación del anteproyecto, tal y como se comprometió el presidente del Gobierno en su discurso de investidura.
La lucha contra la emergencia climática y las cuestiones ambientales y de sostenibilidad forman parte por primera vez de las máximas instancias de un Gobierno con la creación de esta Vicepresidencia, petición histórica de las organizaciones conservacionistas.
Junto a Teresa Ribera, Carmen Calvo seguirá como vicepresidenta en las competencias políticas, Nadia Calviño lo hará en el apartado económico y Pablo Iglesias será vicepresidente en asuntos de derechos sociales y Agenda 2030.
Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y diplomada en Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Constitucionales, Ribera asume la nueva etapa con el aval de una gestión centrada en la lucha contra la crisis climática que culminó con la celebración el pasado diciembre en Madrid de la XXV Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25).
Antes de llegar al Gobierno en junio de 2018, había desempeñado cargos en los ministerios de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente entre 1996 y 2004, como directora de la Oficina Española de Cambio climático entre 2004 y 2008 y como secretaria de Estado de Cambio Climático de 2008 a 2011.
En el primer Ejecutivo de Pedro Sánchez, abanderó el proceso de cambio que en su opinión debía asumir España para adaptar la economía a la preservación del planeta y así lo expuso ante el Consejo Europeo reunido para perfilar aspectos clave de la legislación comunitaria en materia climática, donde dijo que España dejaría de ser "un lastre" y se situaría entre los más ambiciosos.
Su anuncio de que presentaría antes de final de año una Ley de Cambio Climático fue criticada por el Partido Popular, que ya había diseñado una ley que no se pudo aprobar al prosperar la moción de censura.
En julio de 2018 el sector de la automoción desaprobó sus afirmaciones de que el diésel tenía los días contados y poco después otra polémica la enfrentaría con la Región de Murcia, tras afirmar que los trasvases entre cuencas eran algo de carácter extraordinario y sólo justificados para garantizar el agua de boca.
Uno de los hitos de su etapa fue la aprobación en febrero de 2019 del anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética como parte de un paquete que incluía el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y la Estrategia de Transición Justa.
Otras medidas relevantes fueron la eliminación del llamado "impuesto al sol", la puesta en marcha de un Índice Nacional de Calidad del Aire y el mantenimiento de la fecha de 2040 para prohibir la venta y matriculación de vehículos de combustión e híbridos.
La ministra, muy volcada también en temas de biodiversidad, impulsó la aprobación en junio de 2018 de la declaración del corredor de migración de cetáceos del Mediterráneo como Área Marina Protegida, con una extensión de 46.000 kilómetros cuadrados.
En diciembre de ese año, la Sierra de las Nieves, situada en la malagueña Serranía de Ronda, se convertía en el decimosexto espacio español y tercero andaluz de la Red de Parques Nacionales, y dos meses después, el Gobierno amplió el Parque Nacional de Cabrera de las 10.000 hectáreas de superficie a 90.000.
El Gobierno del PSOE, en funciones después de que Sánchez no lograra ser investido presidente tras las elecciones de abril de 2019, se ofreció a organizar la Cumbre del Clima en Madrid, después de que Chile tuviera que renunciar por los disturbios internos en el país.
Teresa Ribera calificó de "agriculce" el resultado de esa reunión, aunque "logró el objetivo de aumentar la ambición climática", tras lo cual los ecologistas recordaron a la ministra su compromiso con la aprobación urgente de una Ley de Cambio Climático y Transición Justa.
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